sábado, diciembre 21, 2024

Daniel, su comida internacional y el orgullo de ser mexicano

Foto: Emily Morales P360P

El chef llegó a Estados Unidos con 17 años y con el sueño de comprar una moto, pero los planes cambiaron en el camino y ahora fusiona comida mexicana, italiana y griega.

REDWOOD CITY. – Daniel Sánchez inició como taquero en México a los 13 años y ahora es un chef que conoce y fusiona platillos internacionales para sus clientes en Estados Unidos, tanto en su camión de comida mexicana como en su empresa de banquetes. 

En 1999, Daniel dejó su casa en Guadalajara, Jalisco, México, con el sueño de comprarse una motocicleta para montar con sus amistades. Sin embargo, después de 24 años sigue en Estados Unidos, donde está su hogar, su familia, su carrera como chef de comida internacional, sus negocios y su vida.

El primer acercamiento que Daniel tuvo con la cocina fue en México cuando era un adolescente y laboró en una taquería, donde sintió «que no trabajaba» ya que el atender a los comensales le causaba alegría y relajación. 

«Me sentía relajado cuando estaba trabajando y había mucha gente, me olvidaba de ciertos problemas que tenía y solo me relajaba y estaba bien a gusto, no sentía que estaba trabajando», recordó el chef mexicano sus días como taquero en México. 

Esa experiencia le dio la habilidad para usar los cuchillos, situación que le benefició a los 17 años, cuando llevaba dos semanas de lavaplatos en un restaurante del Área de la Bahía y uno de sus jefes le pidió cubrir las labores de un compañero de trabajo; Daniel realizó la tarea en menos de 20 minutos y esto sorprendió al encargado, ya que sus compañeros lo hacían en más de una hora y media.

«Ya luego me dijeron: “hey, tú no eres dishwasher ‒lavaplatos‒, tú sabes usar cuchillos”. Yo traía el entusiasmo, yo no estaba esperando a que ellos me dijeran que hacer, yo quería aprender más», señaló.

A pocas semanas de llegar a Estados Unidos, el mexicano ya estaba a cargo de la preparación de ensaladas y aprendía a hacer pizzas en su primer trabajo; los años transcurrieron y pasó a ser cocinero, para después convertirse en chef: el encargado de la cocina, el menú, los cocineros y la creatividad en los platillos.

 

El orgullo de ser un chef mexicano

Daniel contó que se interesó tanto en el ramo culinario, que trabajó más de 10 años sin descanso, lo que le dio la experiencia para cocinar de manera profesional comida italiana, mexicana, griega, japonesa, mediterránea, estadounidense, entre otros platillos de alrededor del mundo. 

Además, confesó que laboró en alrededor de 12 restaurantes diferentes en el lapso de un año con el objetivo de aprender sobre la comida y las técnicas para lograr los platillos. 

Al adquirir el conocimiento de manera empírica, el chef Sánchez relató que se volvió encargado de varias cocinas y proyectos, además de iniciar su propio negocio de banquetería en sus tiempos libres. 

«Yo trabajaba tan duro, que los que habían ido a la escuela para chef no sabían lo que yo sabía», subrayó. 

Agregó que alrededor del 2000, no había tantos latinos encargados en las cocinas, por lo que él se sintió muy orgulloso de ser un chef mexicano. 

Daniel opinó que las personas migrantes, en especial los latinos, tienen menos oportunidades para ser asignados a puestos de alto rango por lo que llamó a la comunidad a prepararse y «hacerlo mejor que los demás».

«Las cosas a veces parece que no son tan fáciles, pero tienes que insistir y seguir y seguir, tienes que prepararte lo más que puedas en el área en el que estás trabajando y cuando te abran una puerta, forzar esa puerta. Aunque estés cansado, seguir y seguir; y aunque sientas que no vas a ningún lado, vas a llegar, poquito a poquito».

Asimismo, el chef admitió que cuando viaja a México le gusta comer en los puestos en las calles «porque hacen tan rápido el sabor y creo que eso es una de las cosas que yo he aprendido, que no necesitas un restaurante bien lujoso ni bien grande; si sabes cocinar y balancear los sabores, puedes hacer comida tan rica y eso me gusta mucho».

Fotos: Daniel Sánchez

 

El Foodtruck 

Tacos de carne y veganos, burritos, quesadillas y ensalada griega, son algunos de los alimentos que ofrece Daniel’s Kitchen, la camioneta de comida donde Daniel Sánchez deleita a sus clientes frente al Safeway, ubicado sobre la avenida Woodside, en Redwood City. 

Este proyecto llegó a su vida después de la pandemia, otra camioneta de comida y mucha experiencia en la apertura de siete restaurantes en California, donde checó y estudió el mercado, creó el menú y entrenó al personal de la cocina. 

Luego de 10 años de trabajo sin vacaciones, Daniel abandonó su empleo estable como chef tras un comentario que hizo uno de sus jefes para desestimar su labor, fue cuando decidió usar sus ahorros para comprar su primera camioneta de comida y hacer crecer su servicio de banquetería.

«Uno de los dueños me dijo: tu trabajo lo

puede hacer cualquiera de los que están aquí. Y eso me ofendió bien feo». 

Daniel relató que trabajaba duro ahí, «como si fuera su negocio y su dinero el que estaba cuidando”, ya que peleaba los precios con los proveedores y siempre buscaba los mejores tratos para el restaurante.

La primera foodtruck era de comida griega y trabajaba bajo el llamado de las empresas, pero ahora decidió combinar sus conocimientos culinarios para ofrecer comida mexicana y algunos platillos griegos con algunos cambios, como lo son los tacos de coliflor o de portobello.

«La comida mexicana es un poquito m

ás neutral, pero lo que hice fue agregar cauliflower  tacos ‒tacos de coliflor‒ y tacos veganos con portobello, cosas un poquito diferente basándose en lo que yo ya trabajé de la cocina italiana, mexicana y otras».

El chef mexicano varió los sabores para hacer una fusión, lo que describió como «no tan agresivo, pero algo balanceado y así mi comida es para las personas en general, no solamente comida mediterránea o griega».

Sánchez confesó que ahora tiene como meta abrir un restaurante, hacer una marca y empaquetar aderezos y otros ingredientes culinarios.

Fotos: Emily Morales P360P

Las metas cambian

La principal meta de Daniel era juntar dinero, regresar a México y comprar una motocicleta para pasear con sus amigos en las calles de Guadalajara, Jalisco, de donde es originario y creció sin la oportunidad económica para estudiar. 

«Mi vida era bonita, era bien, no me alcancé a graduar de la primaria, pero siempre me han gustado los estudios, Yo creo que no tuve la oportunidad porque mi papá falleció cuando yo tenía siete años, tuve que trabajar y ayudar un poquito a la familia, no había esa libertad de poder estudiar», confesó.

En la adolescencia su rutina era despertar y trabajar de 9:00 a 18:00 horas, con una hora de descanso y comida, ir a su casa a bañarse y su vida estudiantil era entre las 19:00 y 21:00 horas; pero esto cambió cuando pidió dinero a sus hermanos para comprar la moto y ellos le contestaron que debía ganarse el dinero, así Daniel llegó a los 17 años a Estados Unidos. 

«Me dijeron, ¡hey! pues vente para acá un año, si quieres yo pago tu viaje, te vienes para acá, tú agarras tu dinero y tú te regresas. “El dinero se agarra fácil, bien fácil, nada más vienes y ya”, dijeron y no era cierto», narró el mexicano. 

Daniel Sánchez confesó que su primer año en este país estuvo deprimido, tenía el dinero, pero no se sentía con «la libertad de sentirse a gusto», ya luego empezó a tener amigos, conoció a una mujer y sus planes cambiaron al enterarse de que sería papá. Ahora tiene dos hijas: Daniela de 21 y Sofia de 18, de quienes se siente orgulloso y a quienes les inculcó las tradiciones mexicanas, como Día de Muertos. «Ahora me siento más como en casa, me siento más relajado».

 

Salir de la zona de confort

El chef no hablaba inglés cuando llegó a Estados Unidos, pero se interesó en el idioma desde su llegada y ahora se comunica eficientemente con sus amistades y conocidos. 

«Agarré una libretita pequeñita en mi bolsa y cuando no entendía o no sabía que era, yo lo escribía como se escucha en español, nada que ver con cómo se escribe en inglés, pero cuando yo lo leía se escuchaba correcto y así es como fui aprendiendo».

Daniel también estudió en la escuela para adultos de Sequoia, donde estuvo alrededor de 3 años. Además, recordó que escribía las palabras que quería decir en una libreta y luego lo leía frente al encargado cuando quería un día libre. 

«Esta era una manera de yo poner entusiasmo y tratar de aprender algo, no quería quedarme en la zona de confort».

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Emily Morales
Emily Morales
Soy una periodista interesada en comunicar con perspectiva de derechos humanos las historias que me relata el pueblo. Mis pasiones son escribir, bailar, así como estar en contacto con la naturaleza y las raíces de mi comunidad.

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