EE. UU. vive un punto crucial en su lucha para detener la pandemia por COVID-19, pues a pesar de que existen las vacunas suficientes y diversos estados han adoptado medidas cada vez más estrictas para proteger a sus residentes, la variante Delta está provocando no sólo un mayor número de contagios, sino de hospitalizaciones y muertes, sobre todo en aquellos que no creen, no aprueban y no desean vacunarse.
La doctora Peggy Honein, coordinadora del grupo de trabajo de apoyo estatal, tribal, local y territorial en la respuesta de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dijo que, por desgracia, diariamente hay 150 mil nuevos casos positivos a la enfermedad en el país, cuando en junio de este año se alcanzó un promedio diario de 12 mil casos.
Durante una sesión informativa con medios de comunicación realizada por Ethnic Media Services, la experta detalló que el promedio diario de nuevas admisiones en el hospital es de 12 mil, mientras que las muertes son mil.
En total, se han registrado 640 mil muertes y casi 40 millones de casos por COVID-19.
«Esta pandemia sigue cobrando un gran número de víctimas a pesar de la disponibilidad de medidas de mitigación probadas y de vacunas muy eficaces. Estamos viendo un aumento de los casos, un aumento de las visitas a los servicios de urgencias, a los ingresos hospitalarios y un aumento de las muertes», subrayó.
Explicó que en materia de vacunación, el país se ubica por debajo del 53 por ciento de la población totalmente vacunada de EE.UU., y sólo en el rango de aquellos de 65 años o más el número asciende a 82 por ciento, caso totalmente opuesto en el caso de aquellos entre 12 y 17 años, cuya cifra se reduce al 40 por ciento.
Ese último dato ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias, dijo, pues los casos positivos en el bloque de 12 a 17 años se incrementaron significativamente durante el verano, sobre todo en los meses de julio y agosto, lo que provocó un aumento en las visitas a los servicios de urgencias-
«Hemos hecho un seguimiento de todos los casos de visitas a urgencias y hospitalizaciones, pero estamos especialmente preocupados por los niños y por la carga que supone esta enfermedad para ellos, y estamos viendo algo similar a lo que vemos en toda la población», destacó.
Y es que, mientras que Vermont tiene un índice de vacunación del 60 por ciento en las edades de 12 a 17 años, estados como Mississippi apenas alcanza el 11 por ciento. Y es justo en aquellos lugares con menos inmunizados en donde se presentan el mayor de visitas al área de urgencias y hospitalizaciones.
«Traigo esto a colación porque realmente pone de relieve el papel que puede desempeñar la comunidad y la protección a los niños. En este momento no hay ninguna vacuna autorizada para los menores de 12 años, pero todos podemos poner de nuestra parte para proteger a los niños, vacunando al mayor número posible de personas mayores de 12 años y utilizando otras estrategias de mitigación como el uso de mascarillas para reducir la transmisión».
Prevención integral ante el regreso a clases
La doctora Honein agregó que, de cara a que en las próximas semanas se abrirán las escuelas en todo el país, se puede prevenir la transmisión del virus que provoca la COVID-19 con enfoque integral en capas.
Lo anterior, explicó, «no sólo usando un tipo de prevención sino varios, como: promover la vacunación, uso de mascarilla universal de forma consistente y correcta, distanciamiento físico, pruebas de detección como una forma de identificar los casos para que puedan ser aislados rápidamente… lavarse las manos y quedarse en casa cuando se está enfermo».
«Tenemos que mantener las tasas de enfermedad bajas y nuestras escuelas abiertas para la educación presencial, porque se ha vuelto aún más claro en el último año lo importante que son las escuelas no sólo para la educación, sino para la salud mental y física general de nuestros niños».
Y es que, precisó, es fácil que se produzca la transmisión «si bajamos la guardia y disminuimos cualquiera de esas medidas de prevención».
«Todo el mundo debemos trabajar juntos para poner en práctica esas actividades de prevención en toda la comunidad, para que podamos reducir la transmisión en la comunidad y también asegurarnos de que podemos mantener nuestras escuelas seguras y abiertas para nuestros niños».
Viaje seguro
Los espacios cerrados son un foco puntual para la transmisión de la COVID-19, ante ello la doctora Cindy Friedman, de la División de Migración Global y Cuarentena de los CDC, recordó que al pensar en viajar dentro del país se debe considerar estar completamente vacunado y tomar precauciones necesarias para evitar el contagio y esparcir el virus.
«Si ya estás vacunado, no necesitas hacerte exámenes antes y después de viajar ni hacer cuarentena, pero cada gobierno estatal y local pueden tener sus propias recomendaciones o requisitos», destacó.
En el caso de los que llegan al país,existe una orden que precisa a los viajeros mostrar una prueba negativa a COVID-19, realizada no más allá de 72 horas antes del viaje.
Aquellos que deseen conocer las restricciones específicas de cada estado, antes de viajar puede consultarlas a través del sitio del CDC, https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/travelers/travel-planner/index.html.
Tercera dosis para los más vulnerables
La doctora Jennifer Layden, líder de la Unidad de Ciencia Estratégica dentro de la respuesta COVID-19 de los CDC, recomendó a las personas con el sistema inmunológico comprometido, recibir una dosis adicional de la vacuna, como lo sugirieron los CDC desde agosto pasado.
«Por lo menos deben ponérsela 28 días después de la segunda dosis porque sabemos que son especialmente vulnerables al COVID y pueden que no desarrollen el mismo nivel de inmunidad con la serie de dos vacunas».
Sin embargo, dijo, podría ser este mismo otoño cuando se dictamine si la tercera dosis será necesaria para los grupos restantes elegibles a la vacuna.
«Los expertos de los CDC están analizando los datos disponibles para entender qué tan bien están funcionando las vacunas, incluso contra las nuevas variantes como Delta», subrayó.
Cabe destacar que, hasta ahora, las evidencias han mostrado que el riesgo de infección por Covid-19, se mantuvo bajo para los que recibieron la vacuna, ya que la efectividad de éstas contra una infección sintomática grave se redujo del 91 al 66 por ciento, una vez que la variante Delta se volvió predominante, destacó.
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