Aunque la crisis climática supone una amenaza existencial, hay un lado positivo, pues también presenta oportunidades económicas reales para crear puestos de trabajo y elevar el nivel de vida de las personas en todo el mundo, señaló el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en la reunión virtual del Foro sobre Energía y Clima de las Principales Economías.
Tras haber recorrido el país en las últimas dos semanas para constatar los daños y la destrucción provocada por huracanes, inundaciones e incendios forestales sin precedentes, destacó que el mundo está en un punto de inflexión en materia climática, y que existe un consenso real sobre las consecuencias de la inacción.
En ese sentido, precisó estar trabajando para aprobar una inversión histórica para modernizar las infraestructuras más resistentes al clima, así como para construir un futuro de energía limpia que cree millones de puestos de trabajo y dé paso a las nuevas industrias del futuro.
Como parte de esta labor, dijo, el país se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50 y un 52 por ciento por debajo de los niveles de 2005 para el año 2030, además de que para ese año se espera que la mitad de los autos vendidos en la nación sean eléctricos.
Y es que, dijo, tanto en Europa, África y América se han registrado inundaciones masivas, mientras que los incendios han arrasado Australia, el Amazonas y la tundra rusa. Y en Siberia, las temperaturas alcanzaron los 118° F ‒47°C‒ dentro del Círculo Polar Ártico.
«La conclusión del nuevo Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la crisis Climática representa un código rojo para la humanidad. Y el tiempo para actuar verdaderamente se está reduciendo hasta llegar a un punto de no retorno. No tenemos mucho tiempo», destacó.
«Así que tenemos que actuar, todos nosotros. Tenemos que actuar, y tenemos que actuar ahora», dijo frente a sus homólogos y representantes de gobierno de 15 naciones, así como del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
Asimismo, agradeció a todos aquellos países que han reforzado sus contribuciones en el marco del Acuerdo Climático de París y han presentado objetivos ambiciosos para 2030.
«Gracias a su liderazgo, países que representan más de la mitad del Producto Interno Bruto mundial se han comprometido a tomar medidas que nos mantendrán al alcance de nuestro objetivo conjunto de limitar el calentamiento a 1.5 grados centígrados».
«Pero, sabemos que aún queda mucho trabajo por hacer en esta crisis climática y, en todo caso, nuestra labor se ha vuelto ‒en mi opinión‒ más urgente».
Los países que participan en el Foro representan el 80 por ciento de las emisiones mundiales de CO2.
«Sin un compromiso real por parte de todas las naciones presentes en esta sala, el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 grados se nos escapa de las manos. Y eso es un desastre».
Al respecto, expresó que para 2030 y en conjunto con la Unión Europea y otros socios, hay un Compromiso Global de Metano para reducir las emisiones globales de este gas en al menos 30 por ciento por debajo de los niveles de 2020.
«Esto no sólo reducirá rápidamente la tasa de calentamiento global, sino que también producirá un beneficio secundario muy valioso, como la mejora de la salud pública y la producción agrícola».
Agregó que ya se están movilizando apoyos para países en desarrollo y también para que se unan y comprometan a tomar medidads significativas en la materia.
«En esta coyuntura crucial y para el comienzo de una década decisiva, me gustaría utilizar este foro para forjar un impulso político y el consenso para impulsar acciones concretas en cuatro esferas clave: la energía, la industria, la tierra, y el océano».
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