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jueves, marzo 28, 2024
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Por qué a algunas personas les entristece la Navidad

Gloria Sánchez Aguilar. Península 360 Press [P360P].

La Navidad es, posiblemente, la época del año con mayor carga emocional. Sentimos desde ilusión y alegría hasta tristeza y añoranza.

Las fiestas navideñas son uno de los periodos del año en que las personas más se deprimen. Este fenómeno afecta a un 20 por ciento de la población mundial. Las personas se muestran apáticas, tristes y con gran susceptibilidad. ¿Por qué ocurre esto?

La exigencia de estar alegres

Estamos expuestos a muchos mensajes publicitarios y de tradiciones culturales que parecieran «exigirnos» estar alegres, en familia, con paz y amor.

La realidad no siempre coincide con este estado de compañía y de cariño.  Muchas personas se encuentran solas o con pérdidas recientes de personas queridas, por rupturas, separaciones o fallecimientos. En estas fechas es muy probable que los sentimientos de añoranza y tristeza por su ausencia se recrudezcan. Esta situación se verá magnificada en este año debido a los estragos de la pandemia.

 Los mensajes culturales y comerciales pueden parecernos entonces exigencias imposibles de cumplir. Nuestra percepción de aislamiento,  de que no somos queridos,  o de que «somos raros» se acentúa y puede provocarnos  un estado de ánimo depresivo.

El consumismo

Lo peor de todo, es que hay personas que se sienten obligadas a adaptarse a un guion preestablecido acerca de cómo tienen que ser las celebraciones en estas fiestas.

Las campañas publicitarias de la sociedad de consumo parecen «presionarnos»  a gastar importantes cantidades de dinero acudiendo a comidas y cenas sociales de diversos grupos,  se ha establecido también como prioritario en estas fechas el dar regalos. Parece que el amor se tiene que demostrar con obsequios y el tamaño o costo de éste es equiparable a la intensidad del amor que tenemos para esa persona.

No recibir regalos o tener una economía insuficiente para cumplir estos requisitos, genera sentimientos de malestar o de inferioridad.

En las circunstancias que vivimos, muchas personas se han quedado sin empleo, este rubro puede cobrar importancia en los motivos malestar.

La frustración del balance del año

Navidad y el término del año  son momentos de reflexionar sobre lo logrado durante el periodo que acaba. Tomamos conciencia de los propósitos no logrados, de las carencias, de los errores cometidos. El no haber alcanzado los objetivos establecidos al inicio de año también genera frustración, culpa, enojo consigo mismo. Pueden incluso pensar que nunca consiguen sus objetivos.  Puede representar una decepción de sí mismo. Este estrés es  provocado por la auto-exigencia puede incluso somatizarse generando sensaciones de ansiedad, negatividad, mal humor, problemas alimenticios y trastornos del sueño.

La soledad

Estar con nosotros mismos puede ser grato o soportable, sin embargo en estas fechas, no tener con quién pasar las fiestas puede despertar sentimientos de no ser amados, de abandono, de tristeza.

Nostalgia de la niñez

La Navidad es una época realmente feliz para los niños. Todos hemos sido niños en algún momento. Es posible echar de menos la magia de esa etapa y experimentar una nostalgia que pesa en el corazón.

Relaciones familiares tensas

Las familias atraviesan por momentos difíciles en la vida. Puede haber muertes recientes, familiares lejos, separación, rupturas, problema entre algunos de sus miembros. La prudencia y la empatía, son en estos casos nuestros mejores aliados. Si no sabemos cómo abordar temas emotivos, lo mejor es permanecer callados. Es válido mostrar cómo nos sentimos, pero siempre tomando en cuenta cómo pueden tomarlo los demás.

También es importante hablar con los niños acerca de cómo podrá ser el ambiente para que no les tome por sorpresa, por ejemplo; este año que murió el abuelo, es posible que la abuela se sienta un poco triste.

Podemos darles algunas pautas acerca de lo que es indicado hacer o dejar de hacer según las circunstancias concretas.

¿Qué hacer si la Navidad te entristece?

Pero sea cual sea el motivo de tu infelicidad, debes intentar averiguar qué es lo que realmente te daña o por qué te afecta este periodo festivo. Las Navidades en sí mismas no son dañinas, el dolor o la angustia que te produce viene dado por algún conflicto propio no resuelto.

Para darle solución es importante que sepas cuál es, porque será ahí donde debas trabajar para que este tiempo no suponga una angustia en tu vida.

A continuación, algunos consejos sobre cómo combatir todas estas causas de tristeza Es esencial recordar que la Navidad no es eterna, tiene principio y final. Por tanto, relativiza toda causa de preocupación.  Además, a partir de tus circunstancias, analiza qué puedes hacer para disfrutar de una feliz Navidad.

A veces unos pequeños cambios por uno mismo pueden revertir la tristeza y convertir la Navidad en un momento más tranquilo y sin conflictos.

Diferencia entre los mandatos culturales y publicitarios y tus propios deseos. ¡Sé asertivo! Cada persona tiene derecho a vivir la Navidad según criterios personales.

Ajusta tu presupuesto a tus posibilidades económicas con el fin de evitar caer en gastos excesivos. Si te apetece hacer regalos puedes optar por algo simbólico. El afecto no se debe medir por el dinero gastado

Di “no” a aquellos eventos sociales que no te apetezca acudir. Hazlo de manera asertiva, sin culpas, con cariño y respeto. Lo más inteligente es elegir dónde quieres estar y con quién.

Utiliza el humor y la inteligencia. La risa es muy sana. Recuerda que muchas de las imágenes de «parejas y familias perfectas en Navidad» son irreales y tienen una finalidad comercial. La Navidad es uno de los momentos del año en que más patentes se hacen los conflictos entre las personas o entre las familias.

Busca lo bueno de lo malo. Siempre lo hay. ¡Positiviza!

Cambia la etiqueta. Ciertas situaciones como la Navidad no son ni buenas ni malas. Depende de la lectura que hagamos de ellas. Busca la mejor interpretación posible en tu caso.

No te aferres a la tristeza. Las emociones son pasajeras: igual que llegan se van. Si te aferras a la tristeza y la alimentas con pensamientos tristes o negativos, la tristeza se instala durante más tiempo y de manera más profunda en ti. Ten en cuenta que no pasa nada por estar triste un rato, pero permite que la tristeza se vaya alejando poco a poco, como las olas del mar lo hacen de la orilla. Recuerda que «siempre pasan». El 7 de enero siempre llega y con él el fin de la Navidad.

Si vas a pasarla contigo mismo, tal vez disfrutar de unas buenas películas, de un buen libro o una conferencia interesante por YouTube podrían ser una buena alternativa.

Disfrutar de estas fiestas o no, dependerá de donde quieras poner tu foco de atención. Si lo focalizas en algo positivo, en lo que sí tienes, en lo que sí puedes disfrutar por pequeño que sea, las Navidades podrán ser un momento de disfrute y alegría para ti.

Si pese a todo tu estado de ánimo no se recupera y te sientes deprimido en Navidad un psicólogo puede ayudarte a remontar la tristeza y sentirte mejor.

Gloria Sánchez Aguilar es licenciada en Psicología, trabaja como psicoterapeuta.

Península 360 Press
Península 360 Presshttps://peninsula360press.com
Estudio de comunicación digital transcultural

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