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jueves, mayo 2, 2024
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Presidencia Biden, primeros 100 días cruciales para ganar a la comunidad latina

Cristian Carlos. Península 360 Press [P360P].

Este 20 enero, el presidente electo de los EE. UU., Joe Biden, quien fuese elegido en las votaciones generales del 3 de noviembre de 2020, abrió una puerta para las personas de la comunidad latina. Su reto es conciliar a la población estadounidense. Lograrlo en un plazo de 100 días es un reto todavía mayor.

Joe Biden deberá enfocarse en las promesas hechas al electorado que le hizo ganar las elecciones. Entre ellas, se encuentra la modificación a la 2ª enmienda que permite el acceso a las armas, el cambio del Tribunal de EE. UU., el abuso policial, el derecho y reconocimiento a las personas de la comunidad LGBTTTIQ+ –y otras minorías vulnerables–, el pago de impuestos de parte de las empresas, acuerdos internacionales sobre el cambio climático son algunos de los objetivos que tiene que resolver la administración en los próximos años, pero, sobre todo, debe resolver asuntos pendientes en materia de migración.

Y asuntos más recientes a consecuencia de la pandemia por COVID-19, como la política exterior respecto a países en controversia con Donald Trump, la vacunación de la población estadounidense, y el restablecimiento de la economía interior para recuperar los empleos perdidos; asuntos que terminan afectado a la comunidad latina.

El bipartidismo ha causado la división de los EE. UU. y una de las primeras acciones presidenciales que se espera con la llegada de Biden a la Oficina Oval de La Casa Blanca, es unir a su población. «Un país unido» es el lema de la nueva administración que tiene el legado de Donald Trump.

La investidura de Biden está opacado por el legado racista, xenófobo y de odio hacia la comunidad latina que han llevado a acontecimientos lamentables en la historia del país fundador de la democracia moderna como la insurrección de ultraderecha como se observó en los disturbios ocasionados en el Capitolio el pasado de 6 de enero.

Los primeros 100 días para la administración del presidente Biden son complicados, pues deberá enfrentarse a un electorado aún tenso, también ocasionado por Donald Trump, quien se encargó, en todo momento, de deslegitimar los resultados y exacerbar, todavía más la división bipartidista.

En los últimos días de su gestión, vimos al presidente Donald Trump supervisar el muro fronterizo que, en repetidas ocasiones, afirmó que «México pagaría por él», lo que alteró las relaciones exteriores con el país vecino del sur. Biden también tendrá que supervisar la construcción del muro fronterizo, dado que es un proyecto iniciado y puesto en marcha hace cuatro años y que la COVID-19 no pudo frenar. Entre una de las facultades de Biden que tendría una vez llevado a cabo el proceso de investidura presidencial es frenar y, en el mejor de los casos, retroceder con la construcción del muro que divide a México de los EE. UU.

El lema de la nueva administración, como vimos, se llevará a cabo en el país, no con el exterior; una prioridad importante, sin duda. Pero también es esencial controlar el tema de las relaciones exteriores con aquellos países con los que Trump ha encontrado la forma de desacreditar. Para ello, Biden deberá mostrar a su población una buena relación entre países con tratados comerciales, entre los que se encuentra China y México, el país de origen de millones de inmigrantes que viven en EE. UU.

Un paso en el tema diplomático puede poner en decremento los casos de violencia racial en el país y reducir los actos xenófobos que se intensificaron en los cuatro años de trumpismo.

El SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que ocasiona la enfermedad COVID-19 –y al que Trump se ha referido como «el virus chino»– no debería representar un problema mayor para la nueva administración con Joe Biden en la presidencia, pues ya se cuenta con la vacuna y el plan que contempla la aplicación de decenas de miles de dosis al día, incluso todavía menos con el fuerte mensaje que ofreció Biden hace unos días en el que instó a los estadounidenses a hacer uso del cubrebocas; sin embargo, se viene fuerte una recesión económica en todo el mundo y los EE. UU. no son la excepción.

Cientos de miles de empleos se han perdido debido a la pandemia, muchos de ellos ocupados por población migrante de la comunidad latina.

Si a Joe Biden le interesa recuperar la confianza dentro de la comunidad latina, tendrá que seguir con el discurso de que EE. UU. es ejemplo de oportunidad para todos sus habitantes; tanto en el plan de vacunación y en la recuperación económica del país deberá ser inclusivo, principalmente, con los trabajadores esenciales quienes sólo la enfermedad ha frenado, y que han continuado siendo el pilar que ha sostenido a los EE. UU. mientras se imponían medidas de restricción a la movilidad de la mayoría de los habitantes.

El reconocimiento de Joe Biden hacia los trabajadores esenciales es un reconocimiento a labor de la comunidad latina, reconocimiento necesario para aliviar las confrontaciones por xenofobia y racismo.

Y es que el 22 de octubre de 2020, el aún candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden declaró que enviaría una iniciativa de reforma migratoria al Congreso de los EE. UU. «que ofrezca un camino a la ciudadanía estadounidense para aquellos 11 millones de personas inmigrantes indocumentadas que tanto contribuyen al país». Manuel Ortiz señala que «palabras similares expresó, en su momento, Barack Obama, pero que la supuesta reforma migratoria se quedó en promesas».

Muchos medios de comunicación internacionales, sobre todo los internacionales, han evidenciado las decadentes e inhumanas instalaciones donde se encuentran hacinados cientos de infantes por su estatus migratorio. Muchos de ellos, hijos e hijas de padres indocumentados que han sido repatriados a sus lugares de origen y que ha dividido a familias completas. Esta política infrahumana debe ser prioridad y ejemplo de cambio si Biden quiere diferenciarse de la administración que le precede.

Reunificación –interior y exterior– son necesarios para revertir los efectos ocasionados por Donald Trump; sin embargo, cien días son, a la vista, insuficientes esta única meta si se le añade el factor diplomático, el de pandemia, la recuperación de los empleos perdidos para la comunidad latina y la aplicación de dosis de la vacuna contra COVID-19 a los trabajadores esenciales, el motor latino que salvado al país en más de una ocasión. Cien días que tiene la administración de Biden para demostrar que la comunidad latina es más visible que en cualquier otra crisis en la historia moderna de los EE. UU.

Península 360 Press
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Estudio de comunicación digital transcultural

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