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lunes, noviembre 18, 2024
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«Sexting»: la delgada línea entre el placer y la pornografía

Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P].

Para Paula «N», de 17 años, todo iba de lo mejor con su novio, un joven de 20 años, tras un par de meses de estar saliendo, la pandemia por COVID-19 llegó y se interpuso para que ambos pudieran seguir viéndose. 

Un mes más tarde él le pidió una foto, de esas donde la piel toma protagonismo, pasó de pedirle que mostrara la espalda a una de su torso desnudo, y seis fotos después ella ya estaba desnuda en su teléfono inteligente –Smartphone–.

Dos semanas más tarde Paula estaba en los dispositivos de todos los amigos de Carlos, se enteró por una amiga que le contó y le mostró lo que decían de ella. Llamó a su novio y lo cuestionó por haber difundido las imágenes que ella con amor le había mandado, él negó todo y terminó diciéndole: «Estás loca. Mejor ahí la dejamos, me cagan las mojigatas».

Paula no paró de llorar en días, sentía miedo, coraje, vergüenza y asco. En un punto llegó a pensar en hacerse daño si sus papás se enteraban. Decidió no hacer nada a nivel legal porque «quien me va a hacer caso, hay muchas que les pasa lo mismo, ni pedo, no lo vuelvo a hacer», dijo a Península 360 Press en entrevista.

El caso de Paula es cada vez más cotidiano, lo mismo les ha pasado a algunas de sus amigas, nos cuenta. Sin embargo, también hay algunas chicas que buscan ser parte de ese movimiento al cual llaman «FedEx» o «Zelda», el primer nombre con referencia a la entrega de paquetería o en este caso, mandar el «pack», mientras que el segundo nombre evoca al videojuego donde Link es el personaje principal, y con ello se refieren a pasar un enlace para la descarga de imágenes de carácter sexual.

El caso de Jorge «N» fue diferente, tenía 17 años cuando todo pasó, es gay, pero sus papás no lo sabían hasta que uno de sus primos les mostró una página de internet donde aparecen videos de él masturbándose. Sus padres lo cuestionaron al respecto, Jorge se armó de valor y les contó todo.

Miguel era un chico que conoció en una red social llamada Grinder, todo inicio en marzo y para abril ya eran novios, hablaban de todo, pero las cosas rápidamente subieron de tono hasta llegar a un diálogo sexual.

Hasta antes de la pandemia se vieron varias veces, tras el encierro todo pasó a lo virtual, a través de WhatsApp, Miguel cada vez le exigía más «material» para poder avanzar en la relación, pero la insistencia llevó a Jorge a cansarse y terminar la relación.

Miguel se molestó y le dijo a Jorge que si la relación no continuaba todo mundo se enteraría de su vida privada. Y eso hizo. Subió los videos y fotografías a un sitio de pornografía, en el cual Jorge ya no pudo hacer nada.

«Caí redondito. La verdad estaba guapo, me gustó, me enamoré, y juro que nunca pensé en que haría con mis videos. Me dio muchísimo miedo que personas que conozco y no sabían que soy gay supieran. Lo bueno fue que mis papás entendieron la situación y me apoyaron, pero nunca volví a saber de él, no me contestaba los mensajes ni me respondía las llamadas. Todo se terminó. Hay que tener cuidado», dijo.

En algún punto Jorge pensó en denunciarlo, sin embargo, no lo hizo debido a los estigmas qué hay para personas de la comunidad LGBTTTIQ+. «De putos no nos bajan, y piensan que hasta nos gusta que nos pongan en evidencia. La policía no sabe como actuar con nosotros y son unos machistas».

De acuerdo con la académica, activista y «hackfeminista», Irene Soria Guzmán, es muy factible perder la noción de que internet es un espacio que todos construyen, sin embargo, al uso de redes sociales y plataformas de mensajería, este lugar se vuelve privado y cuenta con reglas específicas que, muchas veces no protegen al usuario, y en mayor medida a las mujeres.

«–Internet– no es la plaza pública, y aunque parezca que sí, no es, –los jóvenes– se están relacionando sexo afectivamente bajo las reglas de estas aplicaciones», señaló la especialista.

En entrevista, destacó que algunas veces los jóvenes comparten sus fotografías íntimas como una forma de pertenencia o como una prueba de afecto, mientras que sus compañeros varones abusan de esa confianza y comparten sus imágenes.

Agregó que también a los hombres se les ha enseñado que están en el derecho de apropiarse de los cuerpos de las mujeres, y que solo ellos pueden disfrutar de ese tipo de fotografías.

«La mayoría de los casos de distribución o difusión de fotografías sin consentimiento están hechas por hombres», dijo. «Las chicas comparten estas fotografías muchas veces sintiéndose presionadas o sintiendo que con esto ellas van a ganar cierta validación en un grupo o qué van a ser parte de algo, y estos jóvenes hombres se aprovechan. Viene de una educación patriarcal».

Y es que, para la mayoría de los hombres, compartir fotografías de carácter sexual explicito, es como compartir logros y tesoros que consiguieron tras violentar la confianza de mujeres jóvenes, «sencillamente lo ven como ayuda comunitaria», explicó Irene Soria.

A su vez, recordó que, tras estudios, se ha podido observar que los jóvenes se circulan las fotografías o videos de estas mujeres, utilizan palabras claves en diversas plataformas de mensajería, para evitar ser detectados cuando solicitan o envían las imágenes.

Ante ello, puntualizó, «es necesario empoderar a las jóvenes y niñas, pues ellas tienen todo el derecho a decir que no ante solicitudes, a que no valen menos por decir no, por el contrario, si ellas no quieren, no lo sienten bien y no es algo que le satisfaga, están en su derecho a decir que no. No nos enseñan a poner límites»

«Empodérate, empodera tu cuerpo, es tuyo, son tus reglas. Lo que tú quieras que suceda va a suceder y nadie tiene que presionarte para hacer absolutamente nada, eso incluye depilarte, usar falda o no usar maquillaje. Tú vales por lo que eres», subrayó.

«Los jóvenes deben saber que, así como están en su derecho de poner límites en lo físico, también tienen que poner límites en lo virtual», agregó.

Y es que si bien el descubrimiento de la sexualidad es algo muy normal, es importante tener en cuenta qué hay métodos y herramientas que pueden ayudar y facilitar la interacción virtual con carácter sexual.

Existen plataformas de mensajería como Telegram o Signal que permiten la autodestrucción de fotos y videos, además del que la persona que está compartiendo estas imágenes, puede tener el control del tiempo que quiere que sean vistas.

A su vez, estas plataformas permiten tener mensajería cifrada, y secrétame por lo que ninguna de las partes puede tomar capturas de pantalla, y avisa al otro participante si es que la otra persona ha intentado alguna acción para obtener la información que ahí se registra.   

A ello, Irene sumó que es indispensable que a la hora de tomarse una foto o un video, no se muestre el rostro, tatuajes o señas particulares con los que se pueda comprobar que persona es la que emitió las imágenes.

Existen aplicaciones que permiten también censurar o distorsionar ciertas partes de la imagen, para que éstas no sean mostradas en su totalidad.

Además, es necesario que, si las imágenes fueron tomadas con un teléfono móvil o tableta, los dispositivos cuenten con contraseñas de seguridad que les permita proteger sus fotografías y videos, además de que las claves deben ser cambiadas cada cierto tiempo para evitar que alguien pueda hacer mal uso de las mismas, explicó Soria Guzmán.

Sexting y conductas sexuales

Un análisis amplio de 23 estudios sobre conductas sexuales de adolescentes, que involucraron a 41 mil 723 participantes, reveló que el sexteo de adolescentes está asociado con una serie de factores de riesgo para los jóvenes, que incluyen múltiples parejas sexuales, falta de uso de anticonceptivos y problemas de salud mental como ansiedad, depresión comportamiento y uso de sustancias.

De acuerdo con un estudio dirigido por la Universidad de Calgary y publicado en la revista médica JAMA Pediatrics, existe la necesidad de campañas educativas que generen conciencia sobre temas de salud, seguridad y conducta digitales, para ayudar a los jóvenes a navegar por su desarrollo personal, social y sexual en un mundo digital.

«El sexteo se ha convertido en el método más nuevo para expresar el comportamiento sexual en los adolescentes. Es común y va en aumento», dijo la Dra. Sheri Madigan, PhD, profesora asociada en el Departamento de Psicología de la Universidad de Calgary, quien fue responsable del estudio.

«Nuestra investigación publicada anteriormente sugiere que uno de cada cuatro adolescentes recibe mensajes sexuales y uno de cada siete los envía. También sabemos que la mayoría de los jóvenes no habla de esto en casa», agregó.

El estudio reveló además que el 49 por ciento de los padres no tiene intención de hablar con los jóvenes sobre su salud sexual en línea o fuera de ella, «entonces, es realmente el lanzamiento de una moneda saber si los jóvenes van a aprender sobre prácticas digitales seguras, legales y éticas para sus padres».

Es por eso que el sexteo debe incorporarse en el plan de estudios de educación sexual de las escuelas, dijo Camille Mori, estudiante de maestría en Determinants of Child Development Lab de Madigan y autora principal del artículo de JAMA Pediatrics.

«Más que nada, este estudio es un llamado a más y mejor educación», dice Mori. «Necesitamos tener esas conversaciones sobre el consentimiento. No solo en términos de consentimiento sexual, sino también en torno a la distribución de imágenes. ¿Qué significa consentimiento en la era digital? ¿Qué hacer cuando recibes mensajes? ¿Y cuál es su responsabilidad cuando alguien le muestra o reenvía el mensaje de texto de otra persona? Necesitamos hablar sobre la ética y las consecuencias de esto en ambos lados», destacó.

Los 23 estudios analizados para el artículo de JAMA Pediatrics incluyeron adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, y los estudios se realizaron entre 2012 y 2018. El meta análisis examinó estudios de todo el mundo, la mayoría de ellos basados ​​en América del Norte, pero también de países como Nigeria, Corea, Australia, Perú y otros.

Leyes y sexting

Cabe destacar que en el caso de California, cuando el sexteo es consensuado y ocurre entre adultos es perfectamente legal bajo la ley del estado, por lo que si cada una de las partes acepta enviar videos de desnudos, videos sexualmente explícitos o mensajes de coqueteo, no hay regulaciones en contra. 

Sin embargo, hay varias formas en el que el sexteo se convierte en un acto delictivo y puede dar como resultado cargos importantes.

Por un lado, el sexteo requiere el consentimiento de todas las personas involucradas. Si una persona no da su consentimiento a estos mensajes, la otra debe dejar de enviar inmediatamente  mensajes, fotos, videos o audios, de lo contrario puede ser acusada de acoso.

La «Venganza Porno»

Además de difundir mensajes o imágenes sexuales sin consentimiento, el sexteo también puede volverse ilegal si una de las partes comparte imágenes o videos privados que recibió sin el consentimiento del propietario. 

Ello, a menudo ocurre después de una ruptura, ya que un miembro puede estar enojado y optar por filtrar los desnudos de su ex, pero esto es una clara violación de las Leyes de «Revenge Porn» de California o del Código Penal de California, y puede resultar en hasta seis meses en una cárcel del condado y una multa de mil dólares por la primera ofensa. 

Además, una segunda infracción puede duplicar la penalidad y, si el caso involucra a un menor, se convierte en un caso de pornografía infantil, que puede ser acusado como un delito menor o mayor y puede requerir que el acusado se registre como delincuente sexual.

Sexting entre adultos y menores es un delito

Cada vez que un adulto envía un mensaje, imagen o video inapropiado o sexual a un menor, es ilegal y puede ocasionar varios cargos, pues si un adulto envía un mensaje lascivo a un menor, es una violación del Código Penal de California.

Asimismo, si un adulto recibe una imagen o video sexualmente explícito de un menor y lo guarda, sería una violación de las Leyes de Revenge Porn del estado.

Cabe destacar que si un adulto ofrece dinero a un menor a cambio de actividades sexuales, puede dar lugar a un cargo de solicitación de un menor.

La ley de California tiene leyes muy estrictas sobre las interacciones entre adultos y menores y tomará cualquier acto de sexteo con alguien de 17 años o menos muy en serio.

Incluso en los casos en que el sexteo ocurrió entre dos menores, si uno de ellos tiene 16 o 17 años, él o ella pueden ser acusados ​​en un tribunal de adultos en lugar de en un tribunal de menores, sin embargo, es posible que estos casos permanezcan en el tribunal de menores, que tendrá castigos más leves, pero los padres del acusado aún deben buscar un abogado para formar una defensa.

Pamela Cruz
Pamela Cruz
Jefa de Redacción de Península 360 Press. Comunicóloga de profesión, pero periodista y escritora por convicción, con más de 10 años de experiencia en medios. Especializada en periodismo médico y científico por Harvard y ganadora de la beca International Visitors Leadership Program del gobierno de EE. UU.

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