Cristian Carlos. Península 360 Press [P360P]
En abril, le llovieron críticas fuertes al ahora candidato a la reelección a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, cuando el mandatario sugirió, en un evento público, la inyección de desinfectantes para combatir la COVID-19, enfermedad causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 –cuyo brote se ubicó en un exótico mercado en Wuhan, China–. En ese entonces, el presidente de los Estados Unidos declaró, en conferencia de prensa que si había «alguna manera de hacerse una limpieza, como una inyección. Sería interesante comprobarlo».
Esta información se distribuyó rápidamente en Twitter; sin embargo, la compañía no detuvo los mensajes que alentaban a la gente de inyectarse desinfectantes domésticos; y tan no los detuvo que, inmediatamente, el Centro de Control de Envenenamientos de Nueva York reportó, durante abril, un centenar de llamadas de emergencia por haber ingerido productos de limpieza domésticos. Sin embargo, la acción de Twitter para detener e impulsar información correcta de la comunidad científica se vio eclipsada a favor de las declaraciones de Trump, tanto que se convirtió en tendencia con el absurdo hashtag #InjectDesinfectant –#InyéctateDesinfectante, en inglés—. Cualquier automedicación sin consentimiento de parte de un experto debe ser desestimada. Si usted presenta síntomas de COVID-19, por favor, acuda con profesionales de la salud.
En su momento, Twitter aclaró –vía correo electrónico– al informativo Reuters que los hashtags en tendencia tuvieron que ser manipulados a placer para que estos no se sugiriesen en la red social; sin embargo, el daño ya estaba hecho, pero eso no fue todo, la respuesta de Twitter respaldó las «satíricas» declaraciones de Trump; en un comunicado oficial, la red social dijo que: «El contexto importa. Los tweets que claramente son de naturaleza satírica, que discuten o informan temas oportunos sobre la COVID-19 que no incitan a tomar medidas en general no infringen nuestras reglas».
Con esto, podemos deducir que Twitter no tomará medidas contra la información falsa que pudiera ocasionar daños físicos a las personas, dado que corresponde al usuario decidir si la información que recibe en esta red social es satírica o no. Se deduce que Twitter no está para verificar si la información en tendencia, como la de Trump, es cierta o no.
Esto viene a cuenta porque, como declara Twitter, «el contexto importa». El 22 de octubre, se dio a conocer que Victor Gevers, un hacker –pirata informático– ético de Países Bajos, pudo acceder a la cuenta de Twitter de Donald Trump con su nombre de usuario y contraseña –“maga2020!”,por si les interesa el dato–, esta falta de atención tanto de Twitter como del presidente de la nación estadounidense –que está en la mira dadas próximas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el 3 de noviembre–, ponen en riesgo la fuerte opinión pública con la que el mandatario influye en el contexto mundial.
Para fortuna de la humanidad –dado que Twitter no se hará responsable de la sátira de Trump–, Gevers «únicamente» sacó capturas de pantalla de la cuenta @realDonaldTrump. Evidentemente, esto no es sólo culpa del presidente de los Estados Unidos, sino de Twitter. Pues, actualmente, Twitter, al detectar un inicio de sesión no común, se informa inmediatamente al titular de la cuenta, en este caso, a Trump y su gabinete… la situación se vuelve más alarmante cuando caemos en cuenta de que también se compromete la seguridad nacional del país que lanzó la bomba atómica a Japón en la Segunda Guerra Mundial.
En esta ocasión, Twitter no sugirió una verificación de identidad, como a muchos de los usuarios que iniciamos sesión se nos requiere que confirmemos; ya sea ingresando correctamente el correo electrónico vinculado con la cuenta o el teléfono con el que se registró la cuenta de Twitter. Ninguna de esas dos cosas sucedieron. Esta situación pone en evidencia la falta de atención de Twitter y nos hace dudar sobre el papel que –no– juega respecto a la seguridad de las personas.
Al final, tuvo que ser Gevers quien avisase a la agencia federal del Servicio Secreto de los Estados Unidos para que, por favor, cambiasen la contraseña y activasen la autenticación de dos factores. El Servicio Secreto agradeció la sugerencia del hombre neerlandés. Twitter en nada tuvo que ver con el alertamiento de los fallos de seguridad del mandatario, pero como dato, en octubre de 2016, también fue vulnerada la misma cuenta de Twitter con la contraseña “youarefired” –«estásdespedido», en inglés–.
Un tweet desafortunado puede llevar a la catástrofe. Estamos hablando de personas que siguieron exitosamente las instrucciones de Donald Trump al sugerir la errónea indicación de inyectarse desinfectante doméstico. Pero… ¿si Gevers hubiese tenido otras intenciones? Seguramente Twitter se habría lavado las manos.
Es importante destacar que Estados Unidos, de acuerdo al Bulletin of the Atomic Scientists “United States nuclear forces, 2020”, se establece que «A principios de 2019, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos poseía un arsenal estimado de 3 mil 800 defensas nucleares que podrían ser lanzadas por 800 misiles balísticos y aviones».