*Expertos resuelven dudas sobre variante ómicron y síntomas de la enfermedad
Sin duda alguna, la variante ómicron se ha vuelto la protagonista de la pandemia. Ha provocado alzas en el número de contagios, y con ello los hospitales han vuelto a mostrar saturación.
Sin embargo, el costo de salud a largo plazo para aquellos que han adquirido el virus SARS-CoV-2 va más allá de cuentas por pagar, pues muchas personas presentan síntomas que merman su calidad de vida a largo plazo, y han sido clasificados como el síndrome agudo post-COVID.
Si bien es cierto que los contagios se han incrementado, también lo es que las muertes han disminuido, en gran parte debido a la vacunación que, de acuerdo con estudios realizados, ayuda a mitigar o eliminar los síntomas a mediano y largo plazos, señalaron expertos durante una sesión informativa con la comunidad, realizada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
En la sesión titulada «Abordando el COVID prolongado: investigación, tratamiento y recuperación. Variante de COVID-19: actualizaciones sobre Ómicron», el doctor Prasanna Jagannathan, profesor asistente de medicina en la división de enfermedades infecciosas y medicina geográfica de Standford, prevé que para la primavera, California comenzará a ver un descenso en la tasa de casos, al igual que las hospitalizaciones y por ende las muertes.
«Creo que estamos ciertamente esperanzados en que la primavera nos dé un poco de respiro. Este invierno ha sido realmente difícil para todos», destacó.
El experto recordó que estudios de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), sugieren que la variante Ómicron es menos grave que Delta, pues se encontró que entre las personas que fueron hospitalizadas por Ómicron, se asoció con un 30 por ciento menos de ingresos en las unidades de cuidados intensivos que los pacientes que fueron hospitalizados por la variante Delta.
Dicha situación también se ha observado en el Hospital de Stanford, dijo el doctor Jagannathan. Sin embargo, aunque la variante Ómicron es menos mortal, más de dos mil estadounidenses mueren diariamente debido a COVID-19, por lo que aún hay dudas sobre lo que realmente puede provocar dicha variante, aunado al número de pacientes que no están vacunados.
Agregó, que el adquirir el virus da cierta inmunidad a la propia enfermedad. Sin embargo, aún no se sabe por cuánto tiempo, ni su capacidad infecciosa, por lo que es necesario seguir protegiéndose, primero vacunándose, seguido de acciones como el uso de mascarillas.
«Nos ha enseñado mucho sobre la respuesta inmunitaria humana a las infecciones y los virus, pero sigo pensando que todavía nos sorprendemos a menudo cuando surgen nuevos datos, y Ómicron es todavía relativamente nueva. En general, la vacunación proporciona una muy buena fuente de inmunidad, así como recibir un refuerzo con una vacuna de ARNm».
Lo anterior, precisó, ha funcionado contra la variante Delta al igual que con Ómicron, por lo que es posible que lo sea con las próximas variantes, aunque todavía eso está por verse.
Ante ello, llamó a la comunidad elegible y que no ha sido inmunizada, a considerar los datos y vacunarse, obtener sus dos dosis de una vacuna ARNm, y para aquellos que ya las tienen, ponerse el refuerzo.
Síndrome post-agudo de COVID-19
Por su parte, el doctor doctor Héctor Fabio Bonilla, codirector de la Clínica del síndrome post-agudo de COVID-19, del hospital de Stanford (PACS, por sus siglas en inglés), puntualizó que algunas personas tras semanas de haber tenido la enfermedad, han presentado síntomas como cansancio extremo, dolor de cabeza, problemas de concentración, falta de memoria e, incluso, problemas respiratorios o de corazón, depresión y angustia.
Todos éstos, dijo, podrían ser parte de lo que hoy es conocido como síndrome post-agudo de COVID-19, pues para muchos, la sensación de malestar no pasa, pese a haberse contagiado seis meses atrás, o incluso un año o dos.
Estos efectos a largo plazo también han sido definidos por parte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y el Instituto Nacional de Salud de EU (NIH, por sus siglas en inglés) los cuales han definido como síndrome, luego de que se presentaran 28 días después de dar positivo al virus.
Mientras que la Organización Mundial de la Salud lo ha definido como tal cuando los síntomas han persistido después de 5 o 6 meses de haberse presentado la enfermedad.
Entre los síntomas más comunes de este síndrome están cansancio extremo, incapacidad por debilidad muscular, dolor, tos persistente, dolor fuerte de cabeza, ansiedad, depresión, trastornos del sueño, «neblina mental», pérdida de memoria, pérdida de cabello, o incluso problemas de corazón ‒palpitaciones y dolor de pecho‒, y fallas renales, entre otras.
La neblina mental es un síntoma en donde el paciente no se puede concentrar o empieza a leer y se siente cansado y se le olvidan las cosas. Ello, debido a que el cerebro está comprometido en aquellos que tienen COVID-19.
La evidencia reciente, puntualizó, ha mostrado que en pacientes con COVID-19 el cerebro está afectado, evidencia que fue recopilada luego de pruebas y estudios sofisticados que miden el metabolismo del cerebro, y en los cuales también se ha comprobado que el órgano sufre de inflamación.
Estas inflamaciones que sufre el cuerpo al tener el virus, también pueden observarse en pulmones, lo que puede desencadenar una fibrosis pulmonar, y con ello los pacientes pueden presentar accidentes cerebrovasculares o puede desencadenar un síndrome inflamatorio sistémico.
Ante ello, el médico también hizo un llamado a optar por la vacuna, pues hasta el momento es la mejor arma contra estos problemas a largo plazo.
El doctor Bonilla explicó que 37 por ciento de aquellos que han tenido COVID-19, al menos tienen un síntoma post-COVID, que dura entre tres y seis meses después de la inflamación.
Y es que, la patobiología del síndrome post-agudo de COVID-19 aún sigue bajo estudio, pues no se sabe qué lo provoca, pues podría ser una sobre reacción del sistema inmune, reservas de partículas virales, factores genéticos, auto anticuerpos, o disfunciones mitocondriales.
Debido a que el síndrome aún es «nuevo», poco se sabe de cómo tratarlo o cómo apoyar a los pacientes que los padecen, por lo que invitó a aquellos que presentan alguno de estos cuadros, a acercarse a la Clínica del Síndrome Post-Agudo de COVID-19 del hospital de Stanford ‒PACS, por sus siglas en inglés‒, para obtener ayuda.
Finalmente, llamó a todos a entender y creer en aquellos pacientes que tienen este tipo de síntomas, a no minimizarlos y buscar la ayuda adecuada.
Vivirlo en carne propia
La doctora Margot Gage Witvliet vivó en carne propia la enfermedad y luego el síndrome, al cual llamó «Montaña rusa. Uno de los peores paseos de su vida».
Era marzo de 2020, y la doctora resultó positiva al virus tras regresar de un viaje de trabajo, rápidamente empeoró y requirió de ir al hospital, donde luchó por su vida a cada momento.
Ahí, en medio de aparatos médicos y tubos, empezó un diario en video de su proceso, el cual es posible encontrar en YouTube. Logró salir adelante, pero la lucha apenas empezaba, pues no sabría las secuelas y trastornos que la enfermedad le traería.
Así, tras meses de luchar para que los médicos creyeran en lo que estaba viviendo, tal es el caso de dolor, cansancio, falta de oxigenación, entre otros varios, logró salir adelante.
Su experiencia le ha hecho levantar la voz en nombre de todos aquellos pacientes que sufren del síndrome y no son atendidos debidamente, o que incluso son maltratados por sus tratantes y gente cercana, al considerar que exageran sus síntomas.
«Cada vez que veía a mi médico simplemente no creía lo que yo decía. Y cuando llegué con problemas respiratorios, con mis niveles de oxígeno a veces cayendo en los sesenta, asumían que me drogaba y era muy injusto. Ninguna compasión en absoluto».
«Después de mi ataque, todo lo que pude hacer fue sentarme en una habitación oscura. No podía leer. No podía escribir y tengo a mis hijos pequeños a mi alrededor, y tenía un montón de síntomas neurológicos y lo que no sabían es que eran mis salvavidas. Mi hija mayor me leía y podía soportarlo durante pequeños periodos de tiempo y coloreaba con mi hija menor y eso constituía mi día».
Ante ello, informó que muchos médicos todavía no están tomando en serio la problemática, situación que se suma al sesgo en la asistencia sanitaria, donde hay una discriminación real hacia las mujeres, personas de color, de edad mayor, por su identidad sexual, nivel educativo y estatus socioeconómico.
«Necesitamos empezar a trabajar para asegurarnos de que todos avanzamos creyendo a nuestros pacientes y escuchándolos. Especialmente aquellos cuyas enfermedades son invisibles. Tenemos que hacer más para arreglar el sistema de salud».
Dudas y más dudas
La organización Casa Círculo Cultural logró que los expertos pudieran responder preguntas de la comunidad de Redwood City, acerca del COVID-19, entre las que destacaron:
P: Mi respiración es diferente de cómo estaba antes de tener COVID-19. ¿Eso es COVID-prolongado?
R: Sí, es un síntoma que vemos en estos pacientes
P: ¿Cuánto tiempo duran las secuelas de COVID, como ansiedad, fatiga, garganta seca y debilidad, dificultad para socializar o incluso volver a la vida normal?
R: 96 por ciento de los pacientes se recuperan en dos años, pero otros tardan más tiempo. No sabemos cuánto. Tenemos pacientes que continúan con síntomas por más de 21 meses.
P: Si a mis hijos les da COVID, ¿cuánto tiempo debe pasar para poder vacunarlos?
R: Si tus hijos se contagian de COVID y son mayores de 5 años, puedes esperar 3 meses antes de vacunarlos ‒esto es sólo una recomendación: es seguro vacunarlos en cualquier momento‒.
P: ¿Qué tan común son los síntomas de COVID-prolongado en jóvenes?
R: En un estudio que realizamos en Stanford, descubrimos que los síntomas de COVID eran bastante comunes en los jóvenes: el 30 por ciento de los individuos con COVID tenían síntomas persistentes 4 meses después, más comúnmente fatiga, neblina mental, y falta de aliento.
P: ¿El COVID prolongado, son sólo los síntomas o son portadores del virus? ¿Pueden seguir contagiando?
R: No tenemos claro qué causa el COVID prolongado. No se ha encontrado virus persistente en COVID prolongado. No hay evidencia de trasmisión de la infección.
P: Una vez positivo, ¿qué tan probable es volver a contagiarse?
R: Los estudios han revelado que, una vez infectado, se está protegido contra el contagio de otro coronavirus durante 4-6 meses. Esto puede ser más corto o más largo dependiendo de la persona.
P: ¿Cuáles pueden ser los resultados a futuro del estudio de COVID-prolongado y cuándo paran los síntomas?
R: Estos estudios están en progreso y la información está saliendo. Encontramos muchas anormalidades, pero estamos poniendo estas piezas juntas.
P: ¿Por qué algunas personas que han contraído COVID, y son asintomáticos, pueden estar hasta 3 o 4 meses positivos?
R: Todavía no sabemos la respuesta, pero es posible que se trate de un virus «muerto» o que no se pueda transmitir a otros.
P: Pfizer está trabajando en una vacuna contra la gripe y el COVID en una sola toma. Dado que la COVID es un virus tan nuevo, ¿cree que es apropiado mezclar ambos en una vacuna o deberían separarse? ¿Qué pasa con la reacción? ¿Cómo notarías la diferencia entre los dos virus?
R: Hay muchos ejemplos de vacunas combinadas, por ejemplo, sarampión/paperas/rubéola. En cuanto a este ensayo de Pfizer, sus preguntas son la razón exacta por la que debería hacerse el ensayo. Aunque a los científicos les parezca una buena idea, no sabremos si es segura y eficaz hasta que se realice el ensayo.
A quienes asistieron al evento en persona, se les entregó una tarjeta para productos de despensa por parte de Stanford Medicine y la tienda Willow Market, ubicada en 37 Willow St, Redwood City, CA 94063
SI CREE QUE TIENE COVID PROLONGADO COMUNÍQUESE AL NÚMERO 650-736-5200, donde podrá recibir más información al respecto.
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