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viernes, noviembre 15, 2024
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Comunidades minoritarias en Carolina del Norte buscan redistritación justa

Comunidades minoritarias en Carolina del Norte buscan redistritación justa

Poblaciones históricamente subrepresentadas de Carolina del Norte, así como grupos de inmigrantes recién establecidos en el estado, buscan tener una representación política justa que se refleje en la redistritación tras el Censo 2020.

Rebeca Tippett, directora y fundadora de Demografía de Carolina, en el Centro de Población de Carolina, señaló durante una sesión con medios realizada por Ethnic Media Services, que el censo de 2020 significó para Carolina del Norte información de primera para la futura toma de decisiones. 

Recordó que la población actual del estado es de poco más de 10.4 millones de residentes, cifra con un alza significativa en los últimos 10 años, cuando era de 940 mil habitantes. Dicho crecimiento se ha visto reflejado sobre todo en el aumento de comunidades minoritarias.

En esta creciente diversificación, recordó que en 1990 alrededor del 75 por ciento de la población del estado, se identificaba como caucásico o blanco, 22 por ciento afroamericano y una muy pequeña porción en otros grupos raciales. Sin embargo, para el año 2000, se registró un aumento significativo en la población hispana «y algo de crecimiento en todas las demás razas debido a la introducción de la opción multirracial en la pregunta sobre etnicidad en el censo de ese año». 

Para 2010 el alza de estos grupos minoritarios comenzó a ser más notoria, sobre todo para la comunidad latina, pero para 2020 el aumentó fue vertiginoso. Parte de ello, dijo, debido a algunos de los cambios en la forma en que la Oficina del Censo midió y cuantificó la raza y la etnia. 

Así de acuerdo con este Censo, Carolina del Norte se compone en un 60 por ciento de residentes caucásicos, 20 por ciento afroamericanos, 11 por ciento latinos, 3.0 por ciento asiático-americanos, y 6.0 por ciento todos los demás grupos raciales, incluidos los indios americanos, otras razas y multirraciales.

«Este trabajo que hacemos ahora es la continuación del arduo trabajo y el consenso, y conduce a la votación y a un proceso adecuado de redistribución de distritos», destacó.

Lo anterior, subrayó, «garantiza que las personas que comparten intereses y valores a través del sentido común sobre la preocupación por la justicia ambiental, o que se centran en la equidad en la salud, se extienden al proceso de antecedentes comunes en los que esos intereses se reúnen y se unen para que se puedan dibujar mapas que incorporen esas comunidades para que puedan elegir a sus representantes políticos».

Redistritación justa sin intervención

Para que ello suceda, es importante una justicia real en términos políticos, libre de un «Gerrymandering» que daña las raíces de la propia democracia.

«El gerrymandering racial es ilegal por una razón, daña a los votantes, a la gente, y a las instituciones del estado», señaló en su oportunidad Kyle Hamilton Brazile, director de Participación Cívica de NC Counts Coalition.

El término gerrymandering se refiere a la práctica de trazar las líneas divisorias de los distritos electorales para favorecer a un partido político, individuo o circunscripción sobre otro. Cuando se usa de manera retórica por los oponentes de un mapa de distrito en particular, el término tiene una connotación negativa pero no necesariamente aborda la legalidad de un mapa cuestionado. 

El término también se puede utilizar en documentos legales; en este contexto, el término describe prácticas de redistribución de distritos que violan las leyes federales o estatales.

Brazile detalló que algunos ejemplos famosos infames de gerrymandering en el estado, es el famoso distrito 12, que agregó un tiempo extendido, desde el condado de Mecklenburg hasta cerca de Durham. «Era un distrito que tenía 64 por ciento de mayoría y población afroamericana, y era tan estrecho en algunas partes que no eran más anchos que un carril de la autopista».

Otro ejemplo de manipulación que se ha visto en Carolina del Norte, dijo, es cuando los colegios y universidades, históricamente negros (HBCU, por sus siglas en inglés) y la Universidad estatal A&T de Carolina del Norte tenían un campus dividido por la mitad para que el voto de la universidad se diluyera y no fuera tan poderoso.

«Entonces, para llegar a donde queremos estar y con el fin de involucrar a las personas, les pedimos que brinden comentarios durante las próximas audiencias públicas. Y estamos trabajando para educar a las comunidades sobre los problemas que se cruzan con la redistribución de distritos», destacó.

Cabe señalar que las audiencias públicas sobre la redistribución de distritos en Carolina del Norte tienen el siguiente calendario: 8 de septiembre en Instituto Técnico y Colegio Comunitario de Caldwell; 14 de septiembre en el Colegio Comunitario Técnico de Forsyth, y  en la Universidad Estatal de Elizabeth City; 15 de septiembre en el Colegio Comunitario Técnico de Durham y otra más en el Colegio Comunitario de Nash.

El 16 de septiembre se llevarán a cabo otras dos audiencias, una en el Colegio Comunitario de Alamance y la otra en Pitt Community College; 21 de septiembre en la Universidad de Carolina del Oeste; 22 de septiembre en el Colegio Comunitario Central Piedmont, el 23 de septiembre en Mitchell Community College ‒campus del condado de Iredell‒; el 28 de septiembre en UNC-Pembroke; el 29 de septiembre en UNC-Wilmington; y el 30 de septiembre en el Colegio Comunitario Técnico de Fayetteville.

Latinos, una comunidad ignorada en Carolina del Norte

Iván Almonte, del Rapid Response en Durham, señaló que en dicha ciudad se han tenido conversaciones sobre los problemas que han impactado a la comunidad latina durante años, y cómo los políticos y  tomadores de decisiones tienen la responsabilidad de abordar tales situaciones.

«Pero debido al clima político somos invisibles para el sistema», expresó.

Destacó que la comunidad latina quiere involucrarse y formar parte de la redistritación debido a que las disparidades durante la pandemia fueron más visibles para este grupo de la población.

«Muchos miembros de la comunidad están motivados y dispuestos a abogar por sí mismos debido al hecho de que nuestra comunidad está creciendo y juntos podemos luchar por un cambio. La vacilación es siempre la interacción que este proceso implica con el gobierno».

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Pamela Cruz
Pamela Cruz
Jefa de Redacción de Península 360 Press. Comunicóloga de profesión, pero periodista y escritora por convicción, con más de 10 años de experiencia en medios. Especializada en periodismo médico y científico por Harvard y ganadora de la beca International Visitors Leadership Program del gobierno de EE. UU.

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