Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P]
Actualmente, cada día se registran alrededor de 700 muertes en EE. UU. debido al COVID-19, el cual ha impactado de manera significativa al mundo, mismo que durante los últimos meses ha registrado variaciones del virus SARS-CoV-2, los cuales han demostrado ser más fuertes, más rápidos y mucho más contagiosos, por lo que expertos sugieren vacunarse contra la enfermedad en cuanto sea posible, pues, hoy, es nuestra única arma para ganar la carrera en su contra.
El principal investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, Dr. Nirav R. Shah, señaló que, si bien es de gran felicidad para el país, que se han aplicado más de 100 millones de vacunas contra el COVID-19, lo que significa que más de 75 millones de estadounidenses han recibido al menos una dosis, «no podemos empezar a celebrarlo todavía».
Y es que, la historia de la variación de los virus involucra a la evolución y la selección natural. «Lo que ocurre es que cuantas más partículas de virus hay, existen más posibilidades de que, sólo por azar, una sola partícula de este sea un poco diferente al resto, muchas de ellas con variación».
Durante una sesión informativa realizada por Ethnic Media Services, el experto destacó que, hasta el momento, las cuatro variaciones del virus que provoca el COVID-19 han iniciado donde existe una alta exposición al mismo, y en lugares con muchas personas contagiadas.
«Una o más partículas de virus es todo lo que necesitas para tener un ligero cambio». Pese a que con las vacunas se está buscando detener el contagio, aquellas cepas con ventajas selectivas se propagarán con mayor velocidad y con mayor fuerza.
«Esto es una carrera para ver qué tan rápido conseguimos que la gente esté protegida, es decir, totalmente vacunada, frente al nivel de la enfermedad en una comunidad y su facilidad de transmisión», destacó.
Clasificaciones y definiciones de las variantes del SARS-CoV-2
Variante de Interés
El Dr. Shah refirió que la variante de interés es aquella que en su secuencia genética presenta algunos cambios, lo que sugiere que podría ser más contagiosa, que puede escapar de la inmunidad o que el tipo de inmunidad que se obtiene de los tratamientos y pruebas de vacunación puede no funcionar tan bien contra esa variante.
«Hoy en día los CDC –Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades– están observando tres variantes de interés, la más común de la que han oído hablar es la variante P2 –cepa de Brasil–», la cual se descubrió en abril de 2020.
De ella, dijo, aún se desconoce la transmisibilidad y letalidad real. Las otras dos variantes de este tipo son la B.1.53 y la B.1.52, ambas detectadas por primera vez en noviembre y diciembre, respectivamente, en Nueva York.
Variante de Preocupación.
La variante de preocupación ha demostrado ser más contagiosa y/o causar una enfermedad más grave.
Ésta, tiene una reducción significativa en la neutralización por los anticuerpos generados durante una infección anterior a la vacunación, menor efectividad de los tratamientos o las vacunas, o, incluso, fallas de detección de diagnóstico.
Por lo tanto, las terapias que se están desarrollando son menos eficaces contra esta cepa en específico, precisó el experto, quien agregó que las personas que han tenido una cepa de COVID-19 pueden potencialmente reinfectarse con una nueva cepa. «Eso es muy preocupante pues hoy en día hay cinco de estas variantes de preocupación que están siendo rastreadas por el CDC».
La más conocida es la cepa es B.1.1.7 –cepa de Reino Unido–, y sabemos que, según las investigaciones publicadas hasta la fecha, los primeros estudios muestran que se transmite de una persona a otra un 50 por ciento más rápido en comparación con algunas de las cepas originales.
Precisó además que esa cepa puede provocar un aumento de la mortalidad.
De acuerdo con un artículo publicado el 15 de marzo, puntualizó, la respuesta de los anticuerpos de la vacuna Moderna y de Pfizer es un poco menor cuando se tiene esta cepa en comparación con las anteriores, sin embargo, sigue siendo susceptible en general a dichas vacunas, así como a las de Oxford-AstraZeneca y Novavax.
En el caso de la variante B.1.3.5 –cepa de Sudáfrica–, destacó que las vacunas siguen mostrando buena efectividad, sin embargo, habrá que esperar más estudios para observar los verdaderos impactos.
A esas cepas se suman la P.1 (Japón-Brasil) y la B.1.43 (California, EE. UU.).
Variante de gran consecuencia
Este tipo de cepas, aclaró el Dr. Shah, causan una enfermedad más severa y más hospitalizaciones, además de que han demostrado derrotar a las contramedidas médicas.
De acuerdo con el CDC, este tipo de cepas tienen falla de diagnóstico demostrada, y la evidencia sugiere una reducción significativa en la efectividad de las vacunas, una cantidad desproporcionadamente alta de casos en los que las vacunas no resulta efectivas, o muy baja protección inducida por las vacunas contra enfermedades graves, además de una reducción significativa en la susceptibilidad a múltiples tratamientos aprobados o con Autorización de Uso de Emergencia en el país.
Sin embargo, cabe destacar que, hasta el momento, «no hay ninguna variante que cumpla con esta definición», ni ha sido detectada por los CDC.
«Para ganar esta carrera debemos concentrarnos en aquellas –variantes– más fáciles de atacar. Y tenemos que hacer que la gente este vacunada lo más rápido y ampliamente posible», precisó.
De igual manera, apuntó que diversas farmacéuticas están probando crear vacunas multivalentes, al crear diversas combinaciones que permitan atacar mejor a las variantes del virus SARS-CoV-2, similares a las inmunizaciones contra la gripe.
Inmunidad de Grupo o de Rebaño
Para el Dr. Nirav R. Shah, para llegar a la inmunidad de «rebaño», 50 o 70 por ciento de las personas ya deben ser resistentes a las cepas existentes, «si uno está protegido –vacunado– no vas a ser un anfitrión para que las variantes genéticas potenciales crezcan y es un nivel importante por alcanzar».
Sin embargo, refirió que para que ello ocurra existen diversos factores. «En primer lugar, hemos visto que más de una docena de estados están relajando las restricciones. Así que, por ejemplo, si no tienes la obligación de llevar una máscara, no es de extrañar que mucha gente en un estado determinado no lleve máscaras. Eso es un problema, porque lo que ocurre es que esas son las medidas de salud pública que han demostrado funcionar contra la propagación, ya que al haber más personas infectadas tenemos más posibilidades de variación».
Agregó que «hay una carrera» para vacunar a tantas personas como sean posible, con la finalidad de poder alcanzar ese porcentaje de 60-70 o más.
Y es que, si bien es cierto que ninguna de las vacunas es perfecta, la buena noticia es que muchos de los adultos mayores de Estados Unidos están inoculados.
Sin embrago, precisó, una población que ha sido ignorada y a la que no se ha llegado de forma efectiva, son los ancianos vulnerables confinados en casa, pues no han podido acudir a las citas para vacunarse, ni tampoco han podido ir a los hospitales u otros lugares, o incluso inscribirse para recibir la inmunización.
Hasta hace dos semanas, la tasa de vacunación entre los ancianos confinados en casa era sólo el 20 por ciento. «Son muy vulnerables, así que necesitamos este nivel de inmunidad de rebaño para proteger a aquellos que son vulnerables y que no están protegidos por la vacuna por una o más razones, y para el otoño deberíamos estar más cerca de eso».
Por otra parte, destacó que, hasta la fecha, ninguno de las mutaciones o cepas ha escapado por completo a las principales vacunas que existen. «Nuestra esperanza es que con pequeñas modificaciones podemos conseguir una evolución continua de las vacunas para que coincida con la evolución del virus».
«La realidad es que, hasta que todo el planeta esté vacunado, alcanzaremos la inmunidad de rebaño. Habrá focos de personas que no han sido vacunadas y el virus sobrevivirá, y es todo lo que se necesita. Sabemos lo rápido que se propaga».
Ejemplo de ello es que, si una de las personas que no están vacunadas se sube a un avión y expone a otras que son parte del 20-30 por ciento que no tampoco están inoculados, existe un 70 por ciento de que inicie otro pequeño ciclo de infección y habrá que comenzar todo nuevamente.
«Se trata de una carrera por el mundo, sabemos que el virus no respeta ninguna frontera y, por lo tanto, deberíamos ser lo más amplios posible a la hora de pensar en hacer llegar la vacuna a todo el mundo».
Para e Dr. Dali Fan, profesor clínico de ciencias de la salud de UC Davis, la vacuna de Johnson & Johnson será de gran relevancia para lograr la inmunidad de rebaño, no solo por su fácil traslado y ser de una sola dosis, sino porque a partir de datos de ensayos clínicos publicados, dicha inmunización puede proporcionar, a los 14 días de administrada, 67 por ciento de prevención en infecciones de COVID-19 moderadas a severas.
Además, a los 14 días previene en un 77 por ciento la infección severa por COVID-19, a los 28 días dicha protección aumenta a 85 por ciento, y a los 29 días, proporciona un cien por ciento de eficacia contra casos severos.
Asimismo, señaló que, a los 28 días, la vacuna diaria reduce la hospitalización en un 93 por ciento, 75 por ciento el nivel de mortandad, y a las 10 semanas, reduce una infección sistémica en un 75 por ciento.
Todo ello, aunado a su fácil transportación y almacenamiento, será parte de la fórmula para que la vacuna pueda llegar a los lugares menos accesibles y así, más personas en todo el mundo puedan ser inmunizados y lograr por fin una inmunidad de rebaño, explicó.
El Dr. Daniel Turner-Lloveras, de la Universidad del Sur de California, aseguró que aún es incierto cuando será el que al fin todas las personas puedan caminar por las calles sin mascarillas.
«No creo que alguien de confianza pueda decir cuándo ocurrirá eso, pero sí sabemos que lo más probable es que se alcance la inmunidad de grupo una vez que alcancemos el umbral del número de personas vacunadas y, por tanto, conseguir que la gente se vacune es de suma importancia y creo que todo el mundo estará de acuerdo en ello», precisó.
Recordó que el despliegue de la vacuna contra COVID-19 en EE. UU. inició bajo la administración del presidente Donald Trump, quien decidió que la distribución debería depender de los estados y condados, lo que provocó que no existiera una homogeneidad.
«Si hubiéramos estado más unificados, creo que habría ayudado mucho, especialmente con la comunidad negra y latina, ya que ahora cada estado y condado están llegando con su propio método para ofrecer información sanitaria culturalmente sensible, algunos están haciendo una excelente conexión y otros no tanto», subrayó.
Ante ello, explicó que sería de gran ayuda que entre todos los órdenes de gobierno pudieran compartir recursos en las estrategias para llegar a las poblaciones vulnerables, pues, las diferencias que se ven en términos de salud han puesto en evidencia la brecha digital que existe.
«Creo que es una cuestión de derechos civiles en este momento, sabemos que todos los recursos que se proporcionan a las personas están ahora en línea. Las comunidades minoritarias están siendo dejadas de lado en el auge de la telesalud, en la carrera para inscribirse en las vacunas, y a menos que hagamos algo al respecto, seguirán quedando fuera y esto seguirá contribuyendo a la distribución desigual de las vacunas contra el COVID-19».
Turner-Lloveras explicó que, de acuerdo con un reciente informe, 22 millones de ancianos estadounidenses no tienen acceso a Internet de banda ancha en casa, eso es el 42 por ciento de la población nacional de 65 años o más.
Antes de la pandemia, dijo, 57 por ciento de las familias latinas dijeron que poseían una computadora, y al aumentar la pandemia casi el 40 por ciento de los latinos no tenían acceso a Internet de banda ancha en casa.
Ante ello, precisó que «esta es una barrera importante para el acceso a la educación y a la salud, y es una de las razones por las que iniciamos el Programa Digital “Compañero”».
El programa bilingüe dirigido por voluntarios enseña a los miembros de la comunidad latina cómo usar la tecnología para abrir puertas, incluida la inscripción para las citas de vacunas. «La alfabetización digital, las habilidades y el empoderamiento ya no son solo algo agradable de tener sino una necesidad».
«Uno de los componentes es enseñarles las habilidades y conseguir que su nivel de alfabetización digital llegue a un punto en el que no sólo puedan apuntarse a las vacunas, sino que también amplíe las opciones para encontrar un trabajo durante y después de la pandemia», explicó.
Los interesados en el programa pueden acceder a él a través de la página web https://lcac19.org/digital-companero/ o al WhatsApp +1 (323) 607-8861.
Por su parte, la Dra. Kim Rhodes de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) dijo que para acercar a la comunidad afroamericana a realizarse pruebas para COVID-19 y ayudarlos a acceder a las vacunas, la organización United in Health Oakland, de la cual es participante, ha recurrido la creación de clínicas pop-up por el condado de Alameda en California.
«En la fase de vacunación, el Departamento de Salud Pública del Condado de Alameda reconoció que se trataba de una ventaja importante, ya que pudimos llegar con nuestros recursos de pruebas a un 57 por ciento de personas afroamericanas».
En ese sentido, destacó que el 60 por ciento de esos participantes afroamericanos eran personas que se sometían a pruebas por COVID-19 por primera vez, por lo que dicha comunidad espera que ahora, a través de dicha organización, podrán acceder a las vacunas.