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miércoles, abril 24, 2024
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Deuda reduce la matrícula estudiantil, condonación podría significar un respiro

Pamela Cruz. Península 360 Press [P360P]. 

El endeudamiento por préstamos estudiantiles a nivel nacional asciende a 1.7 billones de dólares, los cuales están divididos entre 43 millones de alumnos, a los cuales, cada día se les complica un poco más el solventar sus gastos y pagar una deuda que pareciera jamás va a terminar.

Dicha situación ha provocado que cientos de miles de estudiantes piensen seriamente en matricularse en alguna de las universidades del país, pues los pagos podrían ser cadenas que serán difíciles de romper, por muchos años.

Gabriel Stewart llegó a tener una deuda por 52 mil dólares tras graduarse como técnico audiovisual del colegio SAE Expression de Emeryville. A los gastos se sumaron los de tener un hijo, por lo que tuvo que vivir en casa de su padre por algunos años. Al fin pudo mudarse para llevar una vida de casado en un apartamento, sin embargo, las cargas continúan.

«Tenía una deuda de alrededor de 52 mil dólares, no podía pagar el alquiler en ningún lado porque, además de los préstamos estudiantiles, tenía deudas de tarjetas de crédito y eso realmente nos dificultaba formar una familia y ser libres», señaló durante una sesión informativa realizada por Ethnic Media Services.

Actualmente, Gabriel aún continua con la incertidumbre de saber si mañana podrá continuar pagando su deuda, pues si bien ha avanzado y conseguido un trabajo en una compañía de software, los pagos laborales se han retrasado debido a la pandemia por COVID-19. 

Los retrasos en los pagos de su deuda estudiantil podrían afectar que Gabriel pueda adquirir un auto o comparar una casa en un futuro.

«Es vivir siempre con esa sensación inminente de cuándo los pagos comienzan de nuevo y cómo los vamos a pagar… Es un estrés constante en mi cabeza», detalló.

Para Ro Khanna, representante del distrito 17 en el Congreso de California, el tema de los préstamos estudiantiles es un gran problema a nivel nacional, pues si bien hay personas que pueden solventarlos antes de los 30 años hay muchas que no, pues sus ingresos no lo permiten.

El funcionario refirió que los préstamos estudiantiles deberían ser perdonados para aquellos que ganan menos de 125 mil dólares al año. Sin embargo, es poco probable que suceda.

«Necesitamos perdonar esos préstamos y tenemos la capacidad de perdonarlos. El presidente tiene el poder ejecutivo para decir que los préstamos estudiantiles pueden ser perdonados. El presidente ya ha ejercido el poder para retrasar los registros de los estudiantes por lo que puede retrasar los préstamos y puede decir que la gente no tiene que pagar por un tiempo», refirió.

Destacó que de perdonarse los préstamos estudiantiles, la gente será capaz de crear familias, comprar casas e iniciar negocios. 

«Es realmente levantar las cargas de esta próxima generación para que puedan perseguir sus sueños. Así que los progresistas vamos a seguir presionando para que la administración haga esto», agregó.

Kat Welbeck, consejera de Derechos Civiles en el Centro de Protección de Estudiantes Prestatarios destacó que el 1.7 billones de dólares en deuda estudiantil, se ha convertido en la segunda clase más grande de endeudamiento de los consumidores en el país, seguido solo por las hipotecas.

«Los deudores negros y latinos tienen menos riqueza en el hogar y toman más préstamos para pagar la escuela, por lo tanto, tienen más deudas, lo que recorta las oportunidades para la creación de riqueza a largo plazo», dijo Welbeck, quien agregó que, a lo largo de las generaciones, es posible que el ciclo se repita.

De acuerdo con la organización para la que labora Kat, cerca del 90 por ciento de los afroamericanos y 72 por ciento de los estudiantes latinos se endeudan para pagar la universidad en comparación con aproximadamente 66 por ciento de los estudiantes blancos. 

En ese sentido, señaló que los deudores afroamericanos tienen un endeudamiento de alrededor de 95 por ciento de su saldo original aún 20 años de haber iniciado sus estudios universitarios, mientras que en el caso de los latinos la deuda alcanza el 83 por ciento del total, situación muy diferente a los prestatarios blancos, quienes en su mayoría pagan su deuda aproximadamente 12 años después de comenzar la universidad.

«Si vamos a hablar de crear una economía más equitativa y justa, no podemos pasar por alto los efectos dispares de la crisis de la deuda estudiantil y el cómo sigue perpetuando muchas barreras sistémicas que ya existen en este país», destacó.

En su oportunidad, Joe Jaramillo, abogado senior de la organización Defensores de Derechos Económicos y de Vivienda –HERA, por sus siglas en inglés–, la cual tiene sede en Oakland, señaló que para las entidades depredadoras, como las escuelas con fines de lucro, están en particular necesidad de alivio de los préstamos estudiantiles y la asistencia. 

Y es que, las universidades con fines de lucro son las que más se han beneficiado de un modelo de negocio en el que se presiona a los estudiantes a obtener costosos préstamos estudiantiles federales y privados, con la promesa de una educación en corto tiempo conducente a altos salarios. 

«Actualmente hay más de un millón de estudiantes matriculados en escuelas con fines de lucro y los estudios han demostrado que tienen menos probabilidades de graduarse, más probabilidades de incumplir con sus préstamos estudiantiles y más probabilidades de terminar con una carga de deuda más alta», dijo.

Los clientes de este tipo de colegios son en su mayoría estudiantes latinos, afroamericanos y adultos mayores de bajos ingresos, cuya deuda es tan alta que muchas veces terminan con salarios embargados, sin beneficios de seguridad social ni reembolsos de impuestos. 

«Las deudas privadas se tratan como cualquier otra, como las de tarjeta de crédito o préstamo que generalmente requiere que vayan a los tribunales, lo que también puede ser muy perjudicial porque muchas personas no pueden pagar la representación legal», precisó el abogado.

Y es que, tras tomar un crédito escolar que genera una deuda tan alta, los estudiantes «no pueden permitirse comprar una casa, no pueden obtener un préstamo de coche, no pueden acceder a un crédito por el daño que ha sufrido su puntuación crediticia, algunos tienen miedo de casarse y cargar a su pareja con la deuda».

Andrea Campos se quedó con una deuda de 13 mil dólares tras especializarse en el programa de justicia penal del Heald College en Hayward –parte de la institución Corinthians–, y tras años de que su deuda pasara de un acreedor a otro, HERA pudo ayudarla a que su adeudo fuera condonado sin renunciar a sus créditos.

«Esto ha impactado mi vida de manera significativa… Tenía la perspectiva de ser contratada, pero se me negó la oportunidad porque mi relación entre deuda e ingresos era demasiado alta y me consideraban un tipo de empleado en riesgo … Tampoco me han aprobado tarjetas de crédito, préstamos para automóviles o vivienda», refirió Andrea.

Pamela Cruz
Pamela Cruz
Jefa de Redacción de Península 360 Press. Comunicóloga de profesión, pero periodista y escritora por convicción, con más de 10 años de experiencia en medios. Especializada en periodismo médico y científico por Harvard y ganadora de la beca International Visitors Leadership Program del gobierno de EE. UU.

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