Fallas en control interno originó que el condado de San Mateo dejara a la intemperie equipo de protección personal y de limpieza excedentes para COVID-19, descubrió una investigación independiente.
Un informe publicado la tarde de este jueves concluyó que las cajas que contenían equipo de protección, principalmente batas, gafas y protectores faciales de grado no médico, así como artículos de limpieza estaban apiladas a la intemperie, sin un cronograma definitivo sobre cómo se distribuiría finalmente el equipo de seguridad excedente.
Debido a esta falla en los controles, las cajas de cartón que contenían aproximadamente 7.1 millones de dólares en equipo de protección se empaparon durante una tormenta de octubre del 2021 mientras estaban almacenadas en un estacionamiento en el Centro de eventos del condado de San Mateo.
Si bien el informe del investigador independiente enumera el valor del equipo de protección en 7.5 millones de dólares, desde la conclusión de la investigación, el Condado ha podido confirmar que el número está más cerca de 7.1 millones de dólares, puntualizó el condado en un comunicado.
«Lo que está claro es que esto no debería haber pasado. Lo que está igualmente claro es que estamos tomando las medidas necesarias para asegurarnos de que pondremos controles y equilibrios para que esto nunca vuelva a suceder», dijo Mike Callagy, funcionario ejecutivo del condado.
Con ese fin, puntualizó, «se contrató a Management Partners, para revisar las mejores prácticas en la industria que se revisarán e implementarán una vez que tengamos esos hallazgos».
Callagy ordenó una exhaustiva indagación por parte de un investigador independiente externo sobre por qué y cómo el equipo de protección fue ignorado bajo la lluvia.
En respuesta, el condado contrató a James Lianides, ex superintendente del Distrito Escolar Secundario Sequoia Union, quien tiene décadas de experiencia en el trato con grandes organizaciones y prácticas de compra.
Lianides entrevistó a los empleados del condado y al personal del Centro de eventos, revisó documentos y realizó visitas al sitio.
En su informe, Lianides descubrió que meses después de la pandemia, había poca demanda de equipo de protección y suministros de limpieza que no fueran de grado médico comprados por el condado.
Así, el Condado, al carecer de su propio espacio de almacenamiento, había contratado al Event Center para almacenar los suministros sobrantes en su Fiesta Hall a un costo mensual de aproximadamente 100 mil dólares.
Mientras tanto, «el equipo de protección que se determinó que era más valioso, como máscaras N95 y guantes, se trasladó a Sequoia Hall», según el informe.
Sequoia Hall, un espacio separado y cubierto del Centro de eventos, «se llenó hasta su capacidad con el equipo de seguridad más valioso y solicitado».
Si bien el Condado es dueño de los terrenos y edificios del Centro de eventos, los alquila a una organización sin fines de lucro gobernada por una junta directiva separada, la que, a su vez, administra el Centro de eventos y cobra a todos los usuarios, incluido el condado, el alquiler por usar las instalaciones.
En el verano de 2021, el condado acordó trasladar los suministros excedentes de Fiesta Hall a un estacionamiento descubierto cercano para dar paso a una conferencia planificada. El personal del condado «exploró si se podía donar el exceso de equipo de protección», pero encontró «poco interés», afirma el informe.
Llegaron las lluvias
En su informe, Lianides reconoce que la prisa del condado por organizar clínicas de refuerzo y vacunación masiva contra el COVID-19 atascó el sistema de toma de decisiones «mientras otras prioridades más inmediatas tenían prioridad».
Después de considerar primero las cajas como una pérdida total, una revisión posterior encontró que el envoltorio de plástico individual ahorró 128 mil 152 dólares en suministros luego de una inspección y limpieza.
Desde enero, más de 90 organizaciones sin fines de lucro y otras entidades gubernamentales han recibido algunos de estos suministros de equipo de protección para su uso en bancos de alimentos, residencias de ancianos, grupos de veteranos, iglesias y refugios.
El resto se ha trasladado a almacenamiento. El condado está trabajando con agencias sin fines de lucro para distribuir los suministros utilizables restantes.
En su conclusión, Lianides recomienda al Condado, entre otras cosas:
- Mantener la centralización del proceso de toma de decisiones a través de una clara delimitación de responsabilidades y rendición de cuentas;
- Mejorar la coordinación y la integración entre los departamentos internos encargados de la planificación y respuesta ante emergencias;
- Brindar al personal del condado capacitación y revisión anuales sobre las reglamentaciones federales y estatales relacionadas con el manejo de emergencias;
- Asegurarse de que el proceso para tomar decisiones importantes en una situación de emergencia aborde todas las posibles consecuencias de las acciones tomadas; y,
- Contratar a un experto en almacenamiento, seguimiento y distribución y adquiera herramientas y software de seguimiento.
«El condado de San Mateo fue líder durante la pandemia, pero deberíamos haberlo hecho mejor aquí. Aprenderemos de esto para asegurarnos de que nunca volverá a suceder», puntualizó Callagy.
«La pandemia de COVID-19 ha causado y continúa causando dolor a tantas personas. Todos los empleados del condado, independientemente de sus roles, también son trabajadores de servicios de desastres y han servido a su comunidad lo mejor que han podido durante estos tiempos difíciles. Tuvimos una falla en el sistema, y ese sistema se arreglará», agregó.
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