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viernes, marzo 29, 2024
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¿Qué ocurre en el país? ¿Es momento de dar gracias por no estar en medio de un tiroteo?

Nadie imagina estar en medio de balas, en medio de caos, correr para salvar la vida, buscar un escondite, no moverse, llenarse el cuerpo de sangre de un familiar, de un amigo, de alguien de la comunidad para parecer herido, no emitir sonido, hacerse el muerto, no respirar. ¿Acaso es momento de dar gracias por no estar en esa situación? ¿Hoy daremos gracias porque no fue a uno de nosotros o de los nuestros? ¿Qué ocurre en el país? ¿Qué nos pasa?

Apenas la noche del 19 de noviembre en medio de música, colores, y baile dentro de un club nocturno gay en Colorado, un hombre armado de 22 años abrió fuego contra los asistentes, matando a 5 de ellos e hiriendo a 25 más antes de que heroicos clientes lo sometieran, para que posteriormente los policías pudieran detenerlo.

El joven de nombre Anderson Lee Aldrich ocupó al menos dos armas, una de ellas larga.

La tragedia se ha repetido una vez más. Una vez más con connotaciones de odio. Una vez más en contra de grupos vulnerables que no deberían tener miedo de caminar o disfrutar de su día sin el temor de ser los siguientes.

Este Día de Gracias, millones celebran por estar juntos, por poder seguir vivos pese a una pandemia que se ha llevado y se sigue llevando a muchos. Ahora, como nunca, se suman los delitos de odio en contra de aquellos que son de comunidades minoritarias. El racismo se suma a los delitos que diariamente abundan en el país.

De acuerdo con la organización sin ánimo de lucro Gun Violence Archive, de enero a mediados de noviembre de este año se habían producido al menos 606 tiroteos masivos, de ellos, 20 resultaron con cinco o más muertes, incluidos el ataque del 22 de noviembre en un Walmart de Chesapeake, Virginia, y el tiroteo del 19 de noviembre en el club nocturno de Colorado.

La falta de consenso sobre lo que constituye un tiroteo masivo complica los esfuerzos del gobierno, las organizaciones sin fines de lucro y las organizaciones de noticias, para documentar el alcance del problema, dijo The New York Times en un artículo que retoma la problemática en el país.

Y es que, exponen, cada grupo define los tiroteos masivos de forma diferente, dependiendo de las circunstancias, el número de víctimas y si estas son asesinadas o heridas, además de si el tiroteo se produce en un lugar público.

Para tener una perspectiva de cómo la situación ha ido empeorando, Gun Violence Archive señala en su sitio web que en 2014 se registraron 269 tiroteos masivos, 335 en 2015, 382 en 2016, 346 en 2017, 336 en 2018, 417 en 2019, 611 en 2020 y 692 el año pasado.

Tan solo de 2020, año en el que empezó la pandemia por COVID-19, a la fecha, se han registrado mil 909 tiroteos masivos, en los cuales han muerto 200 personas y 97 heridos.

Si estás cifras no son escandalosas, no sé qué lo sea. La situación es agravante. La situación se ha salido de control y parece que los legisladores del país no pueden o no quieren hacer más para regular el uso de armas, pues actualmente en varios estados es más difícil para un menor de edad comprar cerveza que adquirir un arma.

«Los tiroteos masivos son, en su mayor parte, un fenómeno estadounidense. Si bien generalmente se agrupan como un tipo de incidente, son varios y la definición básica es que tienen un mínimo de cuatro víctimas baleadas, heridas o muertas, sin incluir a ningún tirador que también haya resultado muerto o herido en el incidente», señala la organización.

Sobre lo que ocurrió en Colorado, el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, señaló que los ciudadanos de su país «no pueden ni deben tolerar el odio».

«Los lugares que se supone que son espacios seguros de aceptación y celebración nunca deben convertirse en lugares de terror y violencia. Sin embargo, sucede con demasiada frecuencia. Debemos eliminar las desigualdades que contribuyen a la violencia contra las personas LGBTQI+», afirmó.

Pero el odio se ha llevado a otros puntos de la sociedad. Ayer, 23 de noviembre, seis personas fueron asesinadas por los disparos de un hombre que abrió fuego la noche del martes dentro de un Walmart en la ciudad de Chesapeake, en el Estado de Virginia. 

El tiroteo masivo desencadenó una intensa movilización de la policía, que acudió al sitio minutos después de las 22:00 horas, cuando se registraron las primeras llamadas a los servicios de emergencia. 

Ese mismo día, el jefe de la policía local, Mark Solesky, confirmó que el autor era un empleado de la tienda y que, según todos los indicios, se suicidó con la pistola que utilizó para perpetrar el ataque. 

Cinco personas más resultaron heridas por el perpetrador, están hospitalizadas. 

Este miércoles el establecimiento estaba aún abierto a las 22:00 horas, pues una gran cantidad de clientes acudían a comprar insumos y regalos para festejar este «Día de Gracias», a quienes el miedo recorrió al escuchar los disparos que el perpetrador y gerente del lugar realizó contra sus compañeros en el área de descanso. 

Hoy, las familias de esas 6 personas y de otras más en el país están de luto por lo que sucede y pareciera no tener final. ¿Es momento de dar gracias por estar vivo o de reflexionar qué sucede? ¿Será que aquellos que legislan por fin harán algo al respecto por parar la venta de armas? ¿Cuántos tiroteos y personas asesinadas más se necesitan para que por fin el país pueda dar gracias?

¿Qué ocurre en el país? ¿Es momento de dar gracias por no estar en medio de un tiroteo?

Pamela Cruz. Jefa de Redacción de Península 360 Press. Comunicóloga de profesión, pero periodista y escritora por convicción, con más de 10 años de experiencia en medios. Especializada en periodismo médico y científico por Harvard y ganadora de la beca International Visitors Leadership Program del gobierno de EE. UU.
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Pamela Cruz
Pamela Cruz
Jefa de Redacción de Península 360 Press. Comunicóloga de profesión, pero periodista y escritora por convicción, con más de 10 años de experiencia en medios. Especializada en periodismo médico y científico por Harvard y ganadora de la beca International Visitors Leadership Program del gobierno de EE. UU.

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