jueves, diciembre 19, 2024

¿Qué pueden esperar los migrantes de la política migratoria de Biden?

Cristian Carlos. Península 360 Press [P360P].

Antes del evento de la toma de posesión y durante su campaña electoral, el ahora presidente de los EE. UU., Joe Biden, ha presentado un audaz plan de inmigración que ha dado resultados positivos como la reinstalación de DACA –el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, por sus siglas en inglés– de forma definitiva, también analiza dar marcha atrás a los cambios de la administración Trump que tenían que ver con estricto proceso de asilo; además, como ya se esperaba, se detuvo la construcción del muro fronterizo entre México y EE. UU. cortando los recursos económicos requeridos para dicha infraestructura. Adicionalmente, el nuevo plan de inmigración amplía el estatus de protección temporal para refugiados.

Biden también ha manifestado su apoyo al fenómeno de la inmigración empresarial y su administración, en conjunción con la vicepresidenta Kamala Harris, están a favor de la simplificación del proceso por el que tienen que pasar las personas inmigrantes para obtener su residencia. 

En el panel virtual «El ambicioso plan migratorio de Biden, ¿qué pueden esperar las personas migrantes?», llevado a cabo por Ethnic Media Services, expertos en el fenómeno migratorio abordaron el plan de inmigración propuesto por la nueva administración del presidente Joe Biden; en éste, también se analizan cuáles son los retos geopolíticos que enfrenta, política interna y externa, y cuál será su plan de acción para los próximos 4 años de su término.

Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, indicó que «hemos atravesado por cuatro años de caos y crueldad», refiriéndose a la presidencia antecedente de Donald Trump. Una administración que va a ser recordada, dijo, «por haberle dado armas a un sistema de inmigración disfuncional y miserable». Se refirió a tres momentos clave que podrían esperarse en materia migratoria de la administración de Biden, siendo la primera el deshacerse de la crueldad que se ha construido en los últimos años, detener la dolorosa experiencia que se le ha infligido a inmigrantes y personas en situación de asilo; la segunda, «reconstruir algo que no existía realmente en los EE. UU.», refiriéndose a un sistema migratorio justo, con enfoque humano y, sobre todo, funcional. Como tercer objetivo, señala Frank Sharry, siendo el más difícil es la aprobación de una iniciativa de ley que ofrezca residencia a todos los migrantes de EE. UU.

Hasta el momento, dijo Sharry, se han firmado seis órdenes del Ejecutivo, dos más para cambiar las políticas al interior del Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU., levantó las órdenes de restricción impuestas por Trump a la comunidad musulmana y africana, la reinstalación del DACA, se detuvo la construcción del muro fronterizo con México, se fijó un plazo de cien días de prórroga en deportaciones en el estado de Texas, y se impidió que México continuase su política interna de detener a quienes quisieran inscribirse a un programa de asilo en EE. UU. y volver a tomar en cuenta a los migrantes indocumentados en procesos de sus comunidades.

Sharry insistió en que es posible «buscar la manera de trabajar con los republicanos o de trabajar sólo con los demócratas para intentar que se apruebe una legislación importante», refiriéndose a las propuestas en materia de migración.

John C. Yang, presidente y director ejecutivo de Asian Americans Advancing Justice –AAJC– se dijo estar muy emocionado por las acciones emprendidas en ayuda a los migrantes indocumentados; señaló que el 40 por ciento del flujo actual de personas migrantes proviene del continente asiático y, que para el año 2055, se calcula que este número incremente un diez por ciento más. Insistió en que es importante conocer la historia de los migrantes asiáticos pues rara vez son mencionados en la historia de comunidades migrantes en los EE. UU.

«La importancia de la política de inmigración es enorme no sólo para los asiático-americanos, sino para los estadounidenses y la sociedad estadounidense en su conjunto», dijo C. Yang. Dijo que la propuesta en materia de migración no sólo representa un paso adelante para los migrantes, sino que va más allá de eso; es decir, que dicha política sea vista como una propuesta de justicia racial.

C. Yang indicó que 1.7 millones de asiáticos son inmigrantes indocumentados, de los cuales, 120 mil son candidatos que pueden inscribirse al DACA. Apuntó a que es «una gran victoria» para los defensores de los derechos de personas que pertenecen a la comunidad de asiáticos estadounidenses, un fenómeno acarreado desde las reformas en materia de migración de 2013 en EE. UU. «Las familias ayudan a los inmigrantes a establecerse, a encontrar trabajo, les ayudan a aprender inglés y se integran para ser parte de nuestra sociedad», señaló.

Enfatizó que, a pesar de que algunas personas de la comunidad asiática migrante pueden tener visas tipo H1-B y de trabajo especializado, la mayor parte de la comunidad es como el resto de comunidades migrantes indocumentadas, que vienen en busca de mejorar su expectativa de vida y para contribuir a que EE. UU. sea un mejor lugar.

Señaló que también es un logro para personas migrantes de la comunidad LGBTTTIQ+, ya que pueden contraer matrimonio legal en países asiáticos en donde aún no existe dicha posibilidad. Por último, dijo que «otra de las prioridades de la comunidad asiática estadounidense es conseguir la aprobación de unos 15 mil 000 del sudeste asiático con órdenes finales de deportación».

Entre tanto, Cyrus Mehta, fundador y socio director de Cyrus D. Mehta & Partners, comenzó diciendo que «la actual ley de inmigración es lamentablemente inadecuada» en donde también mencionó el proceso de residencia tras haber sido visado por trabajo. «El proceso puede durar décadas», insistió. «Así, los indios son los más afectados por las categorías actuales basadas en el empleo, y los nacidos en China son los segundos más afectados», indicó.

Mehta refirió, principalmente, que las políticas migratorias se aplican con base en el país de origen de la persona migrante y que, de ello, depende su estatus como residente. Enfatizó que la nueva política en materia migratoria de la administración del presidente Biden contempla eliminar los retrasos en el visado. «Incluso si, por alguna razón, las propuestas –migratorias– no se aprueban, todavía podemos tratar de mejorar la situación de millones de inmigrantes que están a la espera a través de acciones ejecutivas que reinterpretarán adecuadamente la Ley de Inmigración actual», señaló Mehta.

Y sentenció: «Todos quieren tener un estatus –legal de residencia–, pero no pueden debido a las imperfecciones del sistema por la insuficiencia de los números de visado. Creo que este nuevo proyecto de ley también beneficiará a los trabajadores esenciales».

Patrice Lawrence, directora nacional de Política y Defensa de la Red UndocuBlack, dijo que «el programa de visado diverso es uno de los programas que normalmente se descartan primero cuando se habla de construir o de cambiar políticas de inmigración». Indicó que el 80 por ciento de visado por diversidad son personas provenientes de algún país del continente africano. «Es una de las únicas formas en que pueden venir a los EE. UU.», señaló.

«La nueva regla para obtener un visado de diversidad es que las personas deben tener un pasaporte válido y no caducado lo cual es difícil en muchos países del mundo, pero sólo podemos imaginar lo difícil que es en los tiempos de COVID-19», lamentó Lawrence. Señaló la importancia de tener en cuenta a países como Guinea, Sierra Leona, Liberia, Sudán, Somalia, y Haití; pero, sobre todo, en países en disputa como es el caso de Siria.

«Cuando se habla de “extensión del estatus de protección temporal”, otorgada por el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., eso significa que sólo las personas actualmente cubiertas pueden acceder al estatus –legal–», apuntó Lawrence y dijo que «si se hace una nueva designación y se aplaza la fecha, eso significa que más personas también pueden beneficiarse, y eso es lo que hicieron por aquellos provenientes de Siria en más de cuatro años», informó.

Además, refirió que los inmigrantes no tienen por qué cumplir con características específicas que algunos medios establecen. «Creo que los reporteros están acostumbrados a comparar inmigrantes con cierto tipo de personas, pero las personas negras no son una de ellas», sentenció.

Posteriormente, Marielena Hincapié, directora ejecutiva del National Immigration Law Center y del NILC Immigrant Justice Fund, urgió a la construcción de «un sistema de inmigración del siglo XXI basado en la justicia racial, económica y de género». Hincapié dijo que ambas organizaciones en conjunción con otras organizaciones civiles fueron capaces de demandar a la administración del expresidente Donald Trump respecto al veto musulmán como parte de sus políticas migratorias; sin embargo, aclaró, se necesitan más acciones como estas y narró la terrible separación de un hombre con su familia en el aeropuerto JFK de Nueva York que causó revuelo nacional e internacional. 

Dijo Hincapié que el tema central es seguir trabajando por la reunificación de las familias que han sido separadas por políticas migratorias en el pasado; señaló que ambas organizaciones veían amenazado el programa DACA desde antes de que Trump se postulase a la presidencia de los EE. UU.

Además, señaló que debe terminarse con «ese limbo legal que provoca ansiedad, incertidumbre emocional y económica que muchos jóvenes inmigrantes han estado viviendo junto con sus familias, así como sus empleadores y compañeros de clase». Comentó que si bien la administración Biden acertó al reinstalar el programa DACA, debe buscarse una solución permanente.

«Trabajar con el Congreso –es necesario– para asegurarnos de que podemos proporcionar una ruta hacia la ciudadanía y una vía rápida a la misma no sólo para los jóvenes inmigrantes y “dreamers”, sino para las comunidades con estatus de protección temporal», aseguró Hincapié. Además, señaló que, debido a la pandemia por COVID-19, las personas migrantes tienen miedo de buscar ayuda, y puso de ejemplo las pruebas de detección del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, así como la vacuna que ya está disponible en EE. UU.

Por último, Hincapié señalo que tienen su fe depositada en que: «los trabajadores esenciales deben ser reconocidos por los actores políticos y que su reconocimiento puede formar parte de un proyecto de ley de recuperación económica o del paquete de apoyo».

Por otro lado, Ravi Ragbir, activista, comenzó su participación diciendo que el fenómeno migratorio de acuerdo al estatus legal dentro de los EE. UU. es una cuestión de racismo. «La inmigración es racista. Y, por lo tanto, lo que busco es una derogación total de las políticas de inmigración», aseveró Ragbir. Señaló que la determinación de aplicar políticas migratorias sucedió rápidamente a comparación con la administración del expresidente Barack Obama que, señaló, tomó más de un año, «aunque creo que el servicio de inmigración es racista. Es comparable con la Ley de Esclavos Fugitivos», añadió.

Con respecto a la administración del expresidente Donald Trump dijo que se instauró «una campaña de terror» para atemorizar a la población, especialmente a las familias para que la comunidad migrante tomara la decisión de salir de los EE. UU.; señaló que dicha campaña de terror hizo que la comunidad migrante de personas provenientes de Haití y de países del continente africano se movilizaran a Canadá.

Con respecto a las políticas migratorias del pasado, Ragbir señaló: «No les gusta ser criticados», o que el debate se posicione por encima de otros asuntos. Presentó el sitio web de Immigrant Rights Voices que presenta, en un mapa, los casos de personas migrantes y los incidentes que han tenido estas personas desde personas que son vigiladas hasta casos de deportación en todo EE. UU.

«Nadie debería ser deportado, especialmente bajo esta administración», sentenció Ragbir e instó a la población migrante en calidad indocumentada a que se acerque a los medios para denunciar su caso como a las organizaciones a las que Hincapié representa.

Puntualizó Ragbir que las deportaciones destruye la capacidad emocional individual y también la capacidad emocional de las familias separadas. Informó, además, que están varados cerca de 60 mil migrantes de América Central; sin embargo, Ragbir llamó a no olvidar que también hay población en tránsito proveniente de países como Haití, India y Bangladés. Señala que, dentro del fenómeno migratorio, existen también diferentes etnias a las latinas o hispanas, como las africanas o afrodescendientes que también quieren ingresar a los EE. UU.

«La administración actual debe seguir haciendo su trabajo tal como lo está haciendo», habló Ragbir respecto al optimismo que mantiene frente a las nuevas políticas migratorias que la administración Biden ha anunciado desde su toma de posesión.

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