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jueves, marzo 28, 2024
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Montes de María, Colombia: entre el voto y la muerte

Mayerlis Angarita Robles, defensora de los derechos humanos en las Montes de María, región que señala «el contexto es en el que se van a dar las elecciones; no solo es la corrupción, la compra de voto, sino el riesgo de perder la vida» Foto: Manuel Ortiz. Global Exchange – Península 360 Press

Por Pamela Cruz y Manuel Ortiz

Grupos paramilitares vinculados al narcotráfico, corrupción y presión política para la compra de votos, son algunas de las situaciones a las que se enfrentarán mujeres y hombres en estas elecciones en Montes de María, una región montañosa del caribe colombiano, entre los departamentos de Sucre y Bolívar.

De acuerdo con la defensora de los derechos humanos, Mayerlis Angarita Robles, a pesar de que Montes de María es una región hermosa, con gente muy alegre, también tiene antecedentes de riesgo, con cuatro alertas tempranas que evidencian los rezagos de grupos como el Frente 35 y 37 de las FARC, quienes no entraron al proceso de dejación de armas y que comenzaron a nutrir los grupos que están ejerciendo la delincuencia en la zona.

La fundadora y directora de la red de apoyo para mujeres Narrar Para Vivir señaló que la violencia «hoy en Montes de María se ve muy ligada al narcotráfico y es mucho más peligrosa. Entonces, en este contexto es en el que se van a dar las elecciones; no solo es la corrupción, la compra de voto, sino el riesgo de perder la vida».

Asimismo, dijo, en dicha zona «casi siempre se da el tema de la compra de votos, precisamente por el tema de la pobreza. También hay muchas zonas aisladas y a veces, cada cuatro años, las personas vienen a vender el voto por la oportunidad de tener algo».

«Entonces, lo que hacemos nosotros como organización es generar conciencia, que la gente entienda lo que es el valor de votar y lo que significa, porque necesitamos educación, vivienda, salud por nuestros derechos y no votar a cambio de dinero».

También, añadió Angarita Robles, algunas instituciones encargadas de alzar la voz a favor del pueblo insisten en negar la presencia de grupos ligados a temas de narcotráfico en la zona, y esto hace que en ese contexto sea muy difícil ejercer la democracia.

«No me atrevo a decir por quiénes inciden o no, pero también se ven situaciones como un asesinato en una vereda. Eso causa la zozobra, el temor y muchas veces se ve reflejado en el abstencionismo de votar, o en que se terminen viendo resultados que no se esperaban en ciertas regiones».

«Me han dicho que hay comunidades a las cuales les dieron la orden de no votar, o de votar por ciertos candidatos», expresó la defensora de los derechos humanos, «lo que muestra las presiones que ha habido para cotar por un candidato X, de tal forma que la gente ahora nuevamente tiene miedo de salir, porque tiene miedo de represalias hacia las comunidades».

«Y como Montes de María tiene un antecedente de 157 masacres y más de 4,172 homicidios, te puedes imaginar lo que para nosotros es ser democracia hoy en un contexto donde a nivel nacional e internacional se ve a Monte de María como un territorio de reconciliación, de paz. Y sí lo somos, hay gente muy berraca aquí, yo creo que somos demasiado berraca para seguir aquí en un territorio, cuando el precio de trabajar por la paz es tu vida».

Velar por la democracia: un trabajo de las mujeres y de la comunidad

Para Mayerlis Angarita Robles Bueno, las mujeres se han tenido que preparar para defender sus derechos, «de hecho, actualmente tenemos ocho curules Especial de Paz en el Acuerdo de Paz, porque exigimos que, así como también estaban unas curules para las FARC, las víctimas tuviéramos las nuestras».

Y aunque fue difícil de conseguir, tras interponer varias acciones y una demanda, las cuales se ganaron, se logró que a través de este pronunciamiento de la Corte se dieran las curules. «Nosotras luchamos por esta curul… hoy tenemos la curul de Paz de Montes de María», dijo.

Añadió que hoy, además, «sabemos cómo cuidar el voto, entonces tenemos los testigos electorales, hemos capacitado a la gente, que vaya temprano, que esté pendiente, que si el tarjetón está tachado tiene derecho a pedir otro, que esté muy pendiente en las mesas de votaciones, en los escrutinios».

«Y es que aquí, en la mayoría de los casos se ganan las elecciones en la Registraduría, entonces es ahí donde hay que estar también muy pendiente. Estar muy pendientes de que los votos no se pierdan, porque ahí se pueden ver y eso es lo que hacemos todos. Somos mujeres campesinas, pero somos mujeres que nos hemos preparado, que nos hemos formado, que conocemos, que sabemos qué es lo que está pasando en el territorio y que no somos ingenuas».

«Sabemos los intereses que existen para que hoy en el país no reine la democracia. Y creo que hay un grito, hay un despertar general en todo Colombia. Colombia quiere la democracia y quiere que el pueblo gobierne y esperamos mañana tener la victoria».

Narrar para Vivir, una red de apoyo entre las mujeres de Montes de María

Finalmente, Mayerlis Angarita Robles comentó que ejercer el derecho en Colombia es difícil, especialmente en la región de Montes de María, donde existe una cultura patriarcal machista y las mujeres fueron tomadas como botín de guerra en repetidas ocasiones.

«Y precisamente por ser defensora y ser mujer, es mucho más difícil para nosotras, porque a nosotras también nos cobran el hecho de ser mujer, a nosotras nos cobran el hecho de haber nacido mujeres que queremos ser defensoras o líderes», expresó.

«En mi caso llevo tres atentados -2012, 2015, 2019- y le pido a Dios que no ocurra otro, porque realmente uno no sabe si va a salir vivo o no», como es el caso de muchos otros líderes sociales y para mujeres en el territorio de Montes de María y todo el país.

Narrar para Vivir es una organización compuesta de 840 mujeres campesinas, las cuales también han trascendido en la academia, y que a lo largo de 21 años han trabajado por el restablecimiento de sus derechos.

«Hemos podido incidir en los espacios donde se toman las decisiones que tienen que ver con nuestra realidad local y hoy estamos demostrando que la mujeres no solo somos esa historia y esa resistencia cuando nos tomaron como botín de guerra, sino que hoy estamos transformando los territorios, somos constructoras de paz, estamos ejerciendo la democracia y, sobre todo, estamos resistiendo y desde la resiliencia de volver a nacer y estar reconstruyendo el territorio para que los grupos ilegales no estén con ese accionar que tenían antes».

«Eso lo hacemos a través de la formación de la fuerza, de la palabra, de la convivencia pacífica, de la resolución no violenta, del conflicto y sobre todo, diciendo que en este territorio no vamos a ser ni un milímetro ni un milímetro a los violentos», puntualizó la defensora de los derechos humanos.

Esta nota se realizó con el apoyo de un grupo de periodistas que cubren las elecciones de segunda vuelta en Colombia, patrocinadas por la organización Global Exchange en colaboración con Península 360 Press.

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