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miércoles, abril 24, 2024
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Pobre capacidad de estudiantes de secundaria para detectar noticias falsas en internet, revela estudio nacional de Stanford

Un nuevo estudio nacional realizado por investigadores de Stanford, sugiere la necesidad urgente de que las escuelas integren nuevas herramientas y programas de estudio en las aulas para impulsar las habilidades digitales de los estudiantes de secundaria, luego de que encontraron una «pobre capacidad» para detectar noticias falsas en Internet.

El análisis, realizado por investigadores de la Escuela de Graduados de Educación de Stanford, ideó un desafío para 3 mil 446 estudiantes estadounidenses de secundaria cuidadosamente seleccionados para coincidir con la composición demográfica de la población estadounidense.

En lugar de realizar una encuesta estándar, en la que los estudiantes informaran por sí mismos sobre sus hábitos y habilidades con los medios, el equipo de investigación ideó una serie de tareas en vivo en Internet. 

Los resultados, publicados en línea en la revista Educational Researcher, destacan la necesidad urgente de preparar mejor a los estudiantes para las realidades de un mundo lleno de un flujo continuo de información engañosa.

«Este estudio no es una acusación a los estudiantes, hicieron lo que se les enseñó a hacer, pero el estudio debería ser preocupante para cualquiera para el futuro de la democracia», dijo Joel Breakstone, director del Stanford History Education Group y  autor principal del estudio. 

En ese sentido, sugirió que se debe capacitar a los estudiantes «para que sean mejores consumidores de información».

Ejemplo de los resultados fue que durante el desarrollo del estudio, a los estudiantes se les mostró un video producido de forma anónima que circuló en Facebook en 2016 que afirmaba mostrar el relleno de boletas durante las elecciones primarias demócratas y se les pidió que usaran computadoras habilitadas para Internet para determinar si proporcionaba evidencia sólida de fraude electoral.

Al realizar la tarea, los estudiantes intentaron, en su mayoría en vano, descubrir la verdad. A pesar del acceso a las poderosas capacidades de búsqueda de Internet, sólo tres de los más de tres mil participantes del estudio ‒menos de una décima parte del uno por ciento‒ pudieron adivinar la verdadera fuente del video, que en realidad presentaba imágenes de fraude electoral en Rusia.

De acuerdo con el documento, en otra tarea, se pidió a los estudiantes que examinaran un sitio web que proclamaba «difundir informes fácticos» sobre el cambio climático. El noventa y seis por ciento no logró descubrir los vínculos de la editorial con la industria de los combustibles fósiles. 

Así, los investigadores encontraron que los estudiantes se dejaban influir con demasiada facilidad por indicadores de credibilidad relativamente débiles, tales como la apariencia de un sitio web, las características de su nombre de dominio, la pestaña «Acerca de» del sitio o la gran cantidad de información disponible en un sitio web, independientemente de la calidad de esa información.

«Independientemente de la prueba, a la mayoría de los estudiantes les fue mal», dijo Sam Wineburg, profesor de educación en Margaret Jacks en Stanford, coautor del artículo. 

Lo anterior, apuntó, «presenta una imagen preocupante de la capacidad de los estudiantes estadounidenses para descubrir quién produjo una historia determinada, cuáles podrían haber sido sus prejuicios y si la información es confiable». 

Agregó que «es aún más preocupante lo fácil que es para los agentes de desinformación producir historias engañosas, o incluso deliberadamente falsas, que lleven el brillo de la verdad. Junto con el alcance instantáneo y global de las redes sociales de hoy, no augura nada bueno para el futuro de la integridad de la información».

Ante ello, los investigadores sugirieron posibles soluciones, incluida la enseñanza de estrategias a los estudiantes basadas en los verificadores de datos profesionales.

»Sería genial si todos los estudiantes supieran cómo aprovechar la web completa y tuvieran un dominio total de habilidades avanzadas como los operadores booleanos, pero eso es mucho pedir», dijo Wineburg. 

«Si desea enseñar a los niños a conducir un automóvil, primero debe enseñarles a detenerse en los semáforos en rojo y no cruzar líneas dobles, antes de aprender cómo funciona un convertidor catalítico. Como muestra el estudio, muchos de estos niños aún no se detienen en el rojo», agregó.

A su vez, destacó que es posible desarrollar las habilidades de alfabetización digital de los estudiantes, y dado el riesgo para la democracia, «será fundamental que las escuelas integren estas habilidades en todas las materias, desde historia hasta matemáticas, y en todos los niveles de grado», a fin de mejorar la capacidad para detectar noticias falsas de los estudiantes.

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Pamela Cruz
Pamela Cruz
Jefa de Redacción de Península 360 Press. Comunicóloga de profesión, pero periodista y escritora por convicción, con más de 10 años de experiencia en medios. Especializada en periodismo médico y científico por Harvard y ganadora de la beca International Visitors Leadership Program del gobierno de EE. UU.

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