Symmy Larrat nació en una comunidad en Pará, en la región de la Amazonia, al norte de Brasil, venciendo todas las dificultades por su género y clase social ahora es candidata a una diputación federal y ha dirigido la Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Transexuales e Intersex –ABGLT–, una de las organizaciones de disidencias sexuales más grandes de América Latina.
En el contexto del gobierno de Jair Bolsonaro, Symmy denuncia la persecución que las disidencias sexuales han sufrido en los últimos años además de la negación de derechos como el acceso a la salud gratuita.
Es la primera vez que se presenta a una candidatura, pero Symmy apuesta fuerte, se mueve naturalmente entre la gente, entabla conversación fácilmente y saluda a muchas personas mientras recorre las manifestaciones de apoyo a Luiz Inácio Lula da Silva, el candidato de izquierda que hoy se enfrenta a Bolsonaro.
«Mucho cansancio, pero mucha alegría de que trabajamos mucho y lo hicimos bien», dice Larrat en cuanto llega al local desde donde se organiza en el centro de Sao Paulo. Viene de votar. A su lado caminan sus compañeros y compañeras de militancia mientras saluda a alguien que se acerca a mostrar su apoyo.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales –Antra–, hay alrededor de 79 candidaturas trans en todo el país a nivel estatal y federal, Symmy es una de ellas.
Las principales banderas de la candidata giran en torno a la salud, la educación, el derecho a la vivienda y el reconocimiento de las identidades sexuales diversas.
Symmy coincide con todos y todas las que apoyan a Lula: «lo mejor para el país sería que el ex presidente gane las elecciones durante la primera vuelta»
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